Traga la substantia y descarta el envase, que puñaladas, que golpes, que fierrazos, que mete destornilladores y pedazos de vidrio, nanofiltrador, desinstalador de cuerpos, encurvado en la república polimorfa menos hombre y menos artista, del ciudadano se va, del público se va, libre como pájaro uno lo ha conseguido, pero regresa a revolver el vecindario y en esto se cuenta, para sacarle la humedad relamido, superembebido, lengüetero al pánico disfrute, que en las palabras se ensaña, caminante uno lo prefiere si el teatro de los idiotas acosa su conciencia, vive acá, náusea eléctrica, ondulante, cinético, bichito de la negrura, debajo de la pampa de asfalto a pesar de la sombra y el ruido, y vive y camina, camina, bichito, camina.
"...cerré los ojos a la ciudad y los abrí al flujo magnético, entonces pegué un salto descomunal sobre los centenares de cabezas, un salto antiguo, un polimorfo en vuelo, y de este modo, en el parlamento del aire dije lo mío, un grito de cero negro un acorde infinito un mar, noxa noxalis para la realidad por la violencia y la caminata de sangre y cuchillo juvenil..."
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