jueves, diciembre 27, 2007

Diecinueve Tesis sobre Objetos Maravillosos

Por Santiago Llach y Pedro Mairal (en azul Llach; en negro Mairal)


Juan Diego Incardona: hace literatura como Juan Domingo Perón hacía política. Literatura a la manera de.
Incardona es un sintetizador literario de la experiencia narrativa de los personajes del pueblo. El narrador Incardona es el jefe del movimiento literario que conforman sus personajes, y se funde con ellos. JDP: escuchaba a los negros cantar y le sonaba a Mozart. JDI: en la boca de sus personajes conurbanos, pone una literatura tan alta como la que hacía el tío Borges. Abrazo de reconciliación con las almas bellas.


Los textos de Objetos Maravillosos ocultan una novela de iniciación en la vida, es decir, en la literatura. El modo en que una persona se vuelve persona, o cobra forma, a través de la palabra, del oficio. Uno se fabrica a sí mismo, se inventa, se hace. Se narra. Como un superhéroe cosiendo por primera vez su traje, así es este libro. Objetos maravillosos es la entrada en la palabra. Incardona fabrica su abecedario con metales nobles, lo forja, lo suelda, lo dobla, hace sus letras y sale a decirlas: “¿quieren ver objetos maravillosos? Cuidado que tienen poderes afrodisíacos. Te digo una cosa: con esos aros sos otra.”

Sin proponérselo, Objetos maravillosos arma una introducción a una economía política local. Economía + subjetividad = relato. Un trabajador sin documentos, un “obrero blanco” fuera del radar de los códigos de la AFIP. Produce con sus manos. Inventa objetos con los restos de la industria. Los traslada de un barrio a otro. Los comercializa con su cuerpo. Su marketing abreva en la poesía como chamuyo. Otra vez Juan Domingo conductor del relato: el chamuyo, sonriente demagogia.

Juan Diego Incardona es un hijo no reconocido de Pappo. Es el último blusero de la literatura argentina antes del reggetón remixado y las drogas de diseño. La obra de Incardona es un blues peronista. El blues del que espera el bondi de madrugada, cuando todavía está oscuro, con la mochila pesada, brillando por dentro, cargada de objetos maravillosos.

En forma de slogan: No a la corrección política peronista, sí a la boludez alegre y la prosodia invertebrada de los nuevos poetas peronistas. Una literatura peronista: una literatura a la que le quepa todo. La histeria electrónica de las chicas de Palermo, la historia de la exclusión y la resistencia de los personajes de Villa Celina, la anomalía sentimental de Tino, el colectivero, Totó, los viejos haciendo pogo con una tarantela. Literatura peronista, literatura que sintetiza las antinomias. Ni vanguardistas ni narrativistas, peronistas.

Hacer objetos maravillosos, fabricar textos. Primero está el oficio, oficio es lo que se hace en soledad. Se escribe en soledad, se fabrica en soledad. Es la parte más pura, más santa del creador, la más gratificante. Después está la oferta. Los anillos, los textos se ofrecen, uno sale a mostrarlos y se expone, a veces encuentra lectores, a veces indiferencia, pero siempre sale.

Objetos maravillosos, obra abierta. Objetos maravillosos: un sintagma contundente, que menta objetos concretos (anillos). Pero también enunciado publicitario, comercial, chamuyo que como tal se sabe tal. Lo duro y lo débil. Industria pesada versus servicios tercerizados. ¿Cuáles son, en verdad, los objetos maravillosos? ¿Los anillos, las clientas, el vendedor, los personajes del relato, el relato mismo? ¿La literatura misma no es también un “objeto” maravilloso? Objetos maravillosos = síntesis poética.

Incardona cuenta cómo fabrica una gargantilla desde cero, años después ve a una chica pasar con esa misma gargantilla. Queda paralizado, no le dice nada. ¿Por qué? Incardona no lo explica. Quizá porque fue testigo de eso que decía Atahualpa Yupanqui, que el mayor logro de un artista es convertirse en anónimo. La ausencia del yo. La energía de uno, sin el yo. La liberación que hay en esa ausencia. El satori. La trascendencia que hay en el hecho de que otra persona use, disfrute, se apropie de un objeto que uno mismo creó. La trascendencia que hay en hacer un texto que años después otro lee, otro usa, otro lleva consigo.

Tres órdenes organizan la economía del relato: industria/artesanía/chatarra. Paralelo entre la producción de objetos maravillosos y la producción de literatura. Con los restos de la industria nacional, los hijos de los obreros hacen literatura artesanal. Con los saberes provistos por la educación técnica peronista, los hijos sensibles del capitalismo contemporáneo hacen literatura (historia de la redacción sobre el “puente grúa” en tercer año del colegio industrial).

Incardona se pide un superpancho cubierto de papas pie. A media cuadra empieza una balacera infernal. Incardona se arroja cuerpo a tierra, pero con cuidado de que no se le desparramen las papitas. Zumban las balas en la tarde última y Juan Diego Incardona sigue comiendo su pancho de panza en el piso. Incardona en realidad tiene 11 años. Esto se nota en una foto donde se lo ve hace unos años tocando la guitarra sentado en el suelo con las piernas cruzadas. Es el hijo de un tornero italiano, es el hijo de la maestra.

Enseñanza que me deja este libro: el mundo no se divide entre gente culta y gente inculta. No. En el mundo literario hay moralistas de la prosodia (o maricones de la sintaxis: todos los que lloramos la imposibilidad de escribir en la estela de Juanjo Saer). Y otros que se la bancan, tienen aliento y poder para llevar adelante el arte de narrar. Admiro a estos últimos. Incardona Conducción.

Cuando la gente escribe en blogs, baja un cambio con la pretensión literaria y así muchas veces consigue hacer literatura. Este libro nacido en el blog Días que se empujan en desorden no pretendió ser un libro y sin embargo acá está, y se cuenta solo. Es un libro bajado de un blog? subido a un libro? Este libro subió? bajó? Se congeló? Se detuvo? Entró en la posteridad como Evita? Es un libro de la generación post?

en forma de anécdota: soy de la generación que no supo, no quiso o no pudo militar. En mi caso, quizás porque de chico me hicieron militar en un partido político que tiene 2000 años y sigue hinchando las pelotas, defendiendo al capitalismo en el nombre del niño por nacer. Pero en la previa de 2001 me juntaba con unos vagos amigos, hijos de montoneros, que paladeaban la agitación delarruista. Los viernes a la noche, cuando terminaba el plenario (cabíamos todos en un dos ambientes), mirábamos juntos por tele la prédica golpista de Daniel Hadad y después la prédica bolivariana de Hugo Chávez. Una de esas veces, apareció en el mitín un muchacho elocuente que estudiaba historia y que hablaba todo el tiempo de la aparición del “nuevo sujeto social revolucionario”. Era un trosco, por supuesto, y no duró ni medio minuto en la cocina peronista. Pero a mí, que soy inorgánico y lento para retener las categorías de la academia y las categorías de la política, ahora al leer Objetos maravillosos me vino a la mente la expresión que usaba el muchacho trosco. Lo que plasma Incardona es también la síntesis de las experiencias diversas de distintos sujetos sociales:
• el obrero de la era de la sustitución de importaciones (llamada también era peronista);
• el cristianuchi, motivador parroquial del cambio social expresado en la Tendencia Revolucionaria;
• el sujeto que se formó y resistió escuchando la escala emotiva del rock nacional de los setenta: el sujeto social de las rutas argentinas que nos esperan ahí;
• el sujeto social que es joven, vive en el conurbano, no estudia ni trabaja, desecho sociológico del capitalismo actual: rolinga o chabón.

En ese cruce de estéticas se encuentra la parada de Juan Diego Incardona.


Objetos Maravillosos tiene también algo de elegía. En un momento dice: “El cielo de nuestro barrio era una fiesta. Pero despuès la noche se hizo tan oscura que la sombra tapò todas las casas de negro. De a poco se fueron los gallegos y los italianos del sur. La vida fue una tapita de vino flotando en la zanja, despuès de la lluvia. La corriente la llevaba al lado de la vereda en direcciòn a la general paz, hasta que un dìa, el menos pensado, el desagüe, la chupò desde el agujero del cordòn.”

leer Objetos maravillosas en clave de los trayectos del personaje-narrador-vendedor. Zonas de la ciudad, cada una un micromundo social: Plaza Francia, “La Isla” aristocrática donde el narrador delira los rostros célebres del milicaje gorila, Palermo, La Boca, Celina, Flores, Núñez: el vendedor ambulante (narrador ambulante) atraviesa y conecta esos mundos. Su movimiento (que como dijimos es un movimiento económico) crea literatura al mezclar esos mundos.
Las líneas de colectivos y la “piniponera” (Fiat 147) trazan el mapa de esos circuitos. Distintos personajes, anónimos o sentimentales, acompañan al narrador ambulante en esos viajes.
(Nota al pie: tramar la relación entre la narrativa de Incardona y la de Cucurto, su hermano generacional. Blanco/negro, trabajadores autónomos, fuera del orden del trabajo en blanco; los dos –vendedor ambulante e hijo de un vendedor ambulante- fundan su literatura en el desplazamiento social. Significativamente, dice el narrador de Incardona de los repositores que escucha al despertar en su departamento de Flores: “sus palabras son vidrios rotos”)

Incardona se escapó de un poster de propaganda peronista, o mejor se escapó con el soplete en la mano, de una propaganda de suscesos argentinos, de esas en las que el locutor dice. “Aquí vemos a los jóvenes del partido de la Matanza, enarbolando el espíritu nacional del trabajo y la prosperidad. Perón cumple, Evita dignifica y Juan Diego Incardona cincela su pujante prosa inmigratoria”. Pero Juan Incardona se escapa, se va del colegio industrial y se sube a un tren de mochileros místicos. Canta Mañanas campestres sobre el techo de los vagones que van al sur. Abajo en el vagón Juan Dalhman dormita con las mil y una noches cerrado sobre sus rodillas. Se van al sur. La industria, el hipismo rollinga, las letras.

Otra vez: Juan Domingo Perón escuchaba música maravillosa en la música común. Juan Diego Incardona hace objetos maravillosos con la materia común. Una literatura de los lugares comunes: los hallazgos del lenguaje, en la calle. Renovar el uso de adjetivos de larga prosapia callejera: espectacular /descomunal / pintoresco. La recuperación sonriente, autoirónica, de las violencias diarias del lenguaje: dice de sí el narrador que pertenece a “la peor escoria”.
Como él mismo subraya: “un registro de venta en base a muletillas desfachatadas”.


Tres citas del libro:
1- “Mi vieja, una maestra de frontera en el conurbano bonaerense”.
2- “Vender en la calle no es facil. Tiene algo de mendicidad pasar mesa por mesa por los bares mientras el mundo vive su fiesta nocturna. Para vender hay que tener templanza, sostener el ánimo frente a situaciones violentas o de desprecio”.
3- “El lenguaje era como una bandera de la manifestaciòn. La ùnica manera de llevarla abierta en la calle era llenarla de agujeros y que el viento la pase a travès”.

Literatura, lugar de los hijos sensibles del capitalismo posindustrial. Imaginario del batacazo, del sueño alienante que hace que millones de personas se levanten todos los días, se desplacen, trabajen con sus manos, ofrenden sus cuerpos: que sigan “en la lucha”. Otra vez el registro del narrador niño, el vendedor ambulante sonriente que cuenta que una noche “amasó grandes fortunas” con las que afrontar la “catarata de gastos”. Los anillos, objetos maravillosos, mezclan las zonas del sueño y de la vida.


Santiago Llach y Pedro Mairal.

*Leído el 26 de diciembre de 2007 en la presentación de Objetos Maravillosos, Editorial Tamarisco, en el Centro Cultural Pachamama.

martes, diciembre 18, 2007

Objetos Maravillosos


Ya se acerca Nochebuena
Ya se acerca Navidad
para todas las clientas
el regalo de papá!


Dijeron:

Fabiana Cantilo (Plaza Serrano): Me llevo el verde.

Pipo Cipollati (Freak Roy): ¿No querés organizar una kermesse en la entrada del recital de los Twist? Como premios, les damos anillos…

Gigí Marziotta (esquina del Bar Único): ¿Y los poderes funcionan con vos?

Colorado Mcallister (ACABAR):
—Colorado, me firmás un autógrafo para mi vieja?
—Sí, cómo no, y de paso cobrame éste que se lo llevo a mi jermu.

Blas Armando Giunta (Sonoman):
—¿Blas, me firmás un autógrafo para mi vieja?
—Sí, pasame las servilletas. Che, ¿de verdad tienen poderes afrodisíacos?

Gabriel Carámbula (Freak Roy): Loco, no me entra ninguno, son todos de minas.

Laura Cerrato (vereda del Bar Becket): Incardona, usted es una pesadilla.

Jorge Panesi (Plaza Serrano): Sos un manipulador de adjetivos.

Mercedes Morán (vereda del Bar Único, a la noche): (esa misma tarde le había vendido en Plaza Francia): ¿Nene, vos me estás persiguiendo? Bueno, me llevo otro.

Raquel Mancini (Malas Artes): Me das tu teléfono, porque me estoy yendo a España y estoy pensando en llevar accesorios.

Mariano Martínez (El Taller –época de “Campeones”): Dame los dos.

Milva Castellini (Sonoman): Ya tengo como veinte anillos tuyos. Me viste en el noticiero? Siempre estoy usando uno.

Charly García (Único): no molestés.

Alejandra Pradon (Freak Roy): Sos un chamuyero.

Nito Artaza (Plaza Belgrano): Vos deberías ser político.

Déborah de Corral (Bar Becket):
—Déborah, me parece que gusto de vos.
—Gracias. Cuánto me dijiste que salía éste?

Bebe Contepomi (vereda de Bar Único): Qué hacés nene?

Pata Villanueva (vereda del Bar Único) (a los gritos): Los mejores anillos de Palermo!

Auspician

Editorial Tamarisco, Wonderful Objects. S.A., Ojo al Piojo S.A., Centro Cultural Pachamama, días que se empujan en desorden, el interpretador, ACABAR, Sonoman, Freak Roy, Unico, Agrupación Cuidacoches de Palermo Hollywood, Organización Mozos de Oficio, Asociación de Camareras Universitarias, Malas Artes, El Taller, “Amigos de Plaza Francia”, “Amigos de Parque Centenario”, “Amigos de Plaza Serrano”, Bar Becket, OHM, Crónico, El Imaginario, Soldadoras "Flama", Línea 166, Línea 34, Línea 39 cartel rojo, Línea 15, Línea 29, Club de Fans de Objetos Maravillosos, Grupo de Autoayuda para Clientas Compulsivas, Juventud Peronista, Confederación General del Trabajo, 62 Organizaciones, Sindicato de Vendedores Ambulantes, Sindicato de Artesanos de la Ciudad de Buenos Aires.

Presentación:

26 de diciembre
20:30 hs.
Centro Cultural Pachamama
Argañaraz 22
(Esquina Pringles y Estado de Israel)

Presentan:
Santiago Vladimir Llach y Pedro el remisero absoluto Mairal.

Entrada libre y gratuita.

lunes, diciembre 17, 2007

p
V engan si quieren, hoy leo. Saludos, Juandé.

viernes, diciembre 14, 2007

Rexistencia 43 - La zapada mágica

Anoche hubo fiesta en el club de blues local
sentados en una mesa con amigos de verdad
estábamos tomando vino fino natural
qué buena estuvo la fiesta en el club de blues local
me acordé que me dijiste que querías regresar
siempre te estaré esperando en el club de blues local.
El Carpo


Ayer nos reunimos temprano con los pibes del interpretador y por eso llegué a Palermo antes de lo habitual. Fue para bien. Hace tiempo que tengo la teoría de que las mejores horas de venta son la primera y la última. En la primera, las clientas tienen bastante plata en los bolsillos; en la última, la mayoría, que no encontró lo que buscaba en su salida, calma la ansiedad con la autocompra de un souvenir. Si no encontró al amor de su vida, al menos se llevó un anillo con poderes afrodisíacos para su casa.

Como el tiempo me corrió la cortina, a las diez y media de la noche ya no me quedaban candidatas en Palermo.

Los cocodrilos tenían la panza llena y el clima estaba hermoso: la felicidad vestía mi país con los rayos blancos del encaje de una crístina luna reinando en el cielo.

Estaba un poco cansado, pero no daba volver ni loco, así que pensé en irme al Pacha, a ver qué onda.

Centro Cultural Pachamama: para vos son estas líneas de puro agradecimiento. Bajo tu ala se cobijan los hijos sensibles del capitalismo de un circuito cada vez mayor y que congrega, como ayer, poetas jóvenes, artistas plásticos del under, modernos, punks, anarcopunks, hippies urbanos, hippies del bosque y viejos hippies del rock nacional. Ayer nos quedamos hasta las cinco de la mañana, después de mil eventos y choripanes, reunidos en torno al fuego de las guitarras que, verborrágicas, conversaban entre sí hasta la boca de la caja, en un diálogo de arrastres, ligados y riff de Pappo´s blues.

Cuando miraba alrededor, en un momento pude ver, y entonces comprendí que era feliz. Palo santo: me acordé de aquellas zapadas infinitas de Barros Pasos en Celina, o atrás del edificio 1, o al borde de la Richieri, en Celina también, las ceremonias para disolver mi voz, y ahora prácticamente vuelvo así, casi palpitando el espacio tomo, casi palpitando el espacio veo, casi palpitando el espacio tomaré.

Gracias a Simón, el 26 de diciembre presentaremos allí, en la Cueva, en la Perla de Villa Crespo, el libro Objetos Maravillosos junto a mis amigos. Vengan, vengan todos.


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Rexistencia 42 - Duplicado












PRESENTACIÓN REVISTA LITERARIA LA QUETRÓFILA
*literatura presupuesto cero*
NÚMERO UNO

LUNES 17 DE DICIEMBRE
19 HORAS
EN FUNDACIÓN BOLLINI
PASAJE BOLLINI 2167 (cortadita entre peña y french)
http://www.ladama-debollini.com.ar/

PRESENTA: MARCELO LÓPEZ
LEEN: JUAN DIEGO INCARDONA (CUENTO)
LEONARDO SAGUERELA (POESIA)
INVITADO: PABLO RAMOS

CONTACTO: laquetrofila@hotmail.com
WEB: http://www.laquetrofila.blogspot.com/

miércoles, diciembre 12, 2007

ampere quince y dieciséis



















15

Una vez servida la comida del Ayante, vuelvo al patio y apenas me siento en el piso, se levanta la baldosa rajada en forma de jota desde que la recuerdo. Entonces me arrastra la melancolía inversa y la verdad que me dejo llevar, un poco por curiosidad, un poco por aburrimiento, pero de pronto se escucha el click de un gatillo que frena la rotación y la traslación del planeta. Ya no sopla más el viento sobre los barrios centrales. El paisaje ha quedado anonadado sin el movimiento de las hojas de los árboles, sin el volar psicótico de los insectos urbanos. Capturado por el flash de la Gorgona, permanezco siempre en la misma posición, como gateando las baldosas rojas y amarillas, en dirección a la canilla que gotea la panza de una gota, que nunca cae de su pico. Entonces pienso que meto los dedos en los ojos del enchufe. El nervio radial se conecta en el canal de torsión del húmero y la arteria humeral abre nuevas vertientes, formando un delta. Se bañan los pantanos y todos los tendones. El tríceps tiembla polimorfo. La cosa no para y ahora la foto es pura energía cinética, una película en FF. El troquín y el troquíter y la misma cabeza humeral se prenden a la turbina y cada vez falta menos. La cefálica y la basílica se recargan completas. Los cables amarillos pasan al naranja. Las venas satélites abren la válvula y el nervio mediano pasa al violeta. El músculo cutáneo, el branquial, los bíceps se inflaman y derivan las funciones. Las variables enloquecen. Explotan los vectores. Mi brazo penetra la foto. La mano se abre y se cierra. Se hunde en el fondo del patio. Agarra el camioncito de plástico que me regaló mi papá cuando era chico y me lo trae de vuelta.

16

En este canal, mi madre me llama porque está lista la comida, pero la guerra de soldaditos no da respiro; el interfectio es más intenso en la llanura, porque los tanques disparan sobre las posiciones cerca de los zócalos. Mientras los americanos planean invadir la costa noreste, las bases antiaéreas que los aliados instalaron cerca de las macetas del sur son atacadas por decenas de Stukas, que sueltan eficientemente sus bombas de masilla, haciendo estragos también sobre las vías del trencito eléctrico y las pistas del escaletri en forma de ocho, lo que provoca la scissura que buscaban para dejar aislada a la ciudad, edificada de rastris de colores. Una bomba cae en el puente instalado sobre la rejilla del desagüe. La Luftwaffe destruye el radar inglés montado sobre la canilla de la piletita, pero la RAF oculta otro radar sobre la banqueta y en consecuencia la batalla da un giro, pero mi madre insiste la vociferatio de la comida y ambos bandos deben acordar una tregua de una hora y la Segunda Guerra Mundial se detiene.


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martes, diciembre 11, 2007

amperítico catorce



















14

Suena a los gritos el teléfono en el living
espantando a las palomas que dormían
debajo de los techos a dos aguas de mi cama.
Abiertos los ojos, caminan las piernas
desiertos de cerámica que nadie
ha pulido de sus médanos de mugre.
Salgo lentamente de mi cuarto
hacia lugares remotos de la Tierra
separados por el patio de la infancia.
Cuando atiendo y digo hable,
una voz familiar me contesta:
—¿Qué hacés Jael? ¿Qué contás amigo?
¿Estás ahí? ¿Decime algo? ¿Cómo estás?
Contestame, ¿qué te pasa? ¿Me escuchás?
¿Me vas a contestar o no? ¿Me escuchás?
Soy Roque, decime algo por favor.
—Hola.
—¿Dónde estuviste todo este tiempo?
Te llamé un montón de veces y nunca
me atendés. ¿Qué te pasa? ¿Estás bien?
—Sí.
—Escuchame, los artistas preparan una
exposición temporal con intervalos
para el decachinno de bebidas en la barra.
Van a estar todos, tenemos que ir;
es en el galpón que hicieron galería.
Colgaron un cuadro nuevo en la pared.
Algunos dicen que es impresionista,
otros que es expresionista, que tiene
una cara y un paisaje y ya no sé
qué mierda más, pero tenés que venir
a mover el avispero para ver
si quedan avispas todavía.
¿Qué decís?
—No sé.
—¡Dale, por favor! Imaginate
ese cuadro nuevo en la pared.
¿Qué decís?
—¿Cuándo?
—Hoy a la noche. ¿Venís?
—Bueno.
—¡Genial! Te paso a buscar
a las nueve en punto; nos vemos.
Cuelgo y enseguida descuelgo,
salgo al patio y me tiro un rato
cerca de la maceta de malvones.
Me siento mal, con panza,
con cabeza, con estado racional.
Pero por suerte se me hace una laguna
donde veo a la chica gótica tomándome
la nuca y cantándome "¿estás bien?"
No termina bien esa película romántica
porque al final me actúa el malestar
en blanco y negro y tengo ganas
de quemarme vivo en la pantalla,
de volar hecho cenizas en la estática.
Pero en el principio del incendio,
en la punta de la chispa, una cosquilla
me salva desde abajo por el codo.
Al mirar descubro las patas frutigram
de mi perro Ayax, el Ayante Telamonio.
Le digo qué pasa lechuza y el chabón
pide comida levantando una fruti.
Entonces me levanto y voy a la cocina
perseguido por mi acompañante juguetón
que me desata los cordones a mordidas,
y juntos entonamos selvas hasta el fin
salen esta vez a penetrar en los jardines.


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lunes, diciembre 10, 2007

Ya llegó la música que puede, somos la yerba mala que nunca muere!


ensayos/artículos/entrevistas. Dossier. No temáis. POESÍA DE LOS 90. Martín Prieto y Daniel G. Helder, Boceto Nº 2 para un... de la poesía argentina actual; Silvio Mattoni, Tres poetas en los ’90; Washington Cucurto, Mis amigos peronistas... NARRATIVA DE LOS 90. Horacio González, La figura literaria del reventado como teoría picaresca de la política; Edgardo Berg, Siete notas sobre la poética de Sergio Chejfec; Elsa Kalish+Roberto Fontanarrosa, Parresía + Cuestión de principios. TEATRO DE LOS 90. Celia Dosio, Teatro en los noventa. Lo joven, la tradición y la disolución en el primer Caraja-ji. INTERNET EN LOS 90. Alejandra Bertucci y María Luján Ferrari, De la Cultura letrada a Internet. REVISTAS EN LOS 90. Presentación, por Sebastián Hernaiz; Entrevista a Marcos Herrera (La Giralda); Entrevista a Ana Porrúa (Paredón y después, SiRcO); Entrevista a Daniel Link (Magazín Literario, Radar Libros); Entrevista a Sergio Olguín (V de Vian); Entrevista a Osvaldo Aguirre (El ABC de la literatura, V de Vian, Paredón y después, Diario de poesía, Barrio Jalouin, entre otras); Entrevista a Raúl Brasca (Maniático Textual); Hernán Sassi, A pesar de Shanghai, a pesar de Babel; Christian Ferrer, La parra caída. Las revistas culturales durante la democracia. NO MATARÁS. Observaciones al artículo de León Rozitchner, “Primero hay que saber vivir…”, publicado en la revista El ojo mocho número 20, por Oscar del Barco. PASOLINI. Placer, dolor y conocimiento: identidades puestas en crisis en Teorema de Pasolini y Bacantes de Eurípides, por Cecilia Eraso. Nuevas cuestiones lingüísticas, por Pier Paolo Pasolini. Traducción: Esteban Nicotra. PASTORMERLO. Borges Crítico, por Jorge Panesi. JOSEPH MALLORD WILLIAM TURNER. Luz y Color, por Jorge Omar Viera. JÓVENES ESCRITORES MENORES DE SESENTA AÑOS. Apuntes sobre narrativa y poesía hoy, por Nancy Fernández. Aguas prohibidas: el paraíso perdido y las luchas federales en torno a la libre navegación de los ríos. Una lectura de Paniagua de Martín Rodríguez, por María Laura Romano. Morir, por Michel Houellebecq. Traducción de Julieta Caballero y Elsa Kalish. Libros. (Esta sección se actualiza constantemente) http://elinterpretador-libros.blogspot.com/ narrativa. Víctor Hugo Viscarra - Elegir o no elegir, that is la prablem. Presentación, por Nicolás García Recoaro. Washington Cucurto - 1810 (La revolución vivida por los negros, mestizos y mulatos) Gustavo Ferreyra - El hedor. Daniel Mundo - El mundial. Camila Flynn - La cena. Diego Tatián - El último en dormir (Extracto. Dos relatos breves: Anacronía de un escritor mediocre y El desvío). Poesía. Damián Ríos - Dos poemas pertenecientes a Como un zumbid. Leonor Silvestri - Un país extranjero. Paula Peyseré - Adelanto de Las Afueras y 4 poemas de Base. Malena Rey - Las Venganzas. Adriana Kogan – Poemas. Naty Menstrual - Rara danza de pijas voladoras. Aguafuertes. Verónica Bonafina - La pelada. Diego Vecino - Postales de la resistencia. Lucas Funes Oliveira - El Capitán. Mercedes Halfon – Confeti. Rodrigo Arreyes – Ayrton. SEGUNDA SERIE DE RELATOS DE LA SAGA VILLA CELINA. El campito – 3. Juan Diego Incardona - "Frankenstein" (1ra parte)

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el interpretador

domingo, diciembre 09, 2007

La estampida

http://personalfestdesastre.blogspot.com/

Esa misma estampida colectiva y atropellada de gente corriendo es imposible de explicar. El miedo que tuve en el momento en que se me vinieron andá a saber cuántas personas encima también es imposible de explicar.
http://josefinastown.blogspot.com/

Lo cierto es que se generó una estampida de 15.000 personas corriendo en todas las direcciones. La gente que esperaba sentada fue pasada por encima por otra que buscaba desesperadamente la salida
http://mataralgato.blogspot.com/

de golpe como si nada todos.. pero todos empezaron a correr deseperados yo tuve que esconderme abajo de un camion para que no me tire el malon
http://www.taringa.net/

Yo me di vuelta un segundo para abrigarma porque empezaba a correr un viento frío, de pronto el piso empezó a moverse y un sonido empezó a crecer y crecer. Primero pensé ¡terremoto! (...) BRRRRRUUUMMM, se viene la segunda estampida, la gente saltaba sobre los baños, otros se metían dentro, nosotros nos quedamos allí, junto a una chica que lloraba como una loca porque no encontraba al novio y estaba muy asustada.

http://la-milanesa.blogspot.com/

Cerca de la 1:15hs, no se realmente bien como comenzo porque yo estaba de espaldas al escenario pero una estampida de gente paso a mi lado, apenas me di vuelta me tumbaron y fuí a parar sobre unas chicas que digamos que pobres amortiguaron mi caida, la gente empezo a pasar por sobre mi y quien estuviera en el piso.

http://www.psicofxp.com/forums/

sábado, diciembre 08, 2007

La vuelta

Este domingo

SEXTA LECTURA DE NUEVOS NARRADORES ARGENTINOS
¿Qué escriben los que nacieron después de 1960?

NATI MORET
JUANDÉ INCARDONA

Y un último bonus track intergeneracional:

ANIBAL JARKOWSKI Y CLAUDIA PINEIRO

Coordina ELSA DRUCAROFF
Como siempre, libros a buen precio pero después...

GRAN FESTEJO DE FIN DE AÑO
(tenemos mucho que celebrar)

Domingo 9 de diciembre, 18 hs
en

CasaBrandon
* * * * * *
Luis Maria Drago 236
(a dos cuadras de Canning y Corrientes) .
Parque Centenario
Buenos Aires. Argentina
Tel (054) 011 4858 0610
http://www.brandongayday.com.ar/
info@brandongayday.com.ar

SI NO QUIEREN SENTARSE EN EL SUELO, ¡LLEGUEN TEMPRANO, QUE SE LLENA!

viernes, diciembre 07, 2007

Ampere trece













13

Tirado
en el piso
a la hora de los mosquitos bombeo
la sustancia de la higuera hasta que explota
la leche cortada por el tronco y de las ramas
crecidas en el techo los buhos me contemplan
mientras mezclan música en la fiesta intracraneal
los dijeis de las cintas encefálicas y entonces todos saltan,
todos los pensamientos bailan, pero justo a tiempo
el vecino se queja porque no puede dormir y golpea la pared
de la cavidad algodonada por todas las nubes que vi cuando era chico
y mi propia madre hecha un fantasma por el sueño, peor que un fantasma,
una maldita santa madre incrustada con despertadores a tuerca mariposa
le da rosca a sus órganos vitales para que su cuerpo se exprese contra mí.
¡Levantate hijo! Pero yo no puedo contestar, prefiero bajar por el cráter
del volcán más abajo de las sábanas hasta el centro de la Tierra,
hasta los mares que juntaron las gotas del gotero, hasta el agua
salada por cuarzos y amatistas de la geoda cónica de Dante,
pero la mujer que me parió con ayuda del vecino desvelado
gritan a dúo ¡levantate conejo, despertate Jael, tenés que ir a no sé dónde!
¡La reputa madre que los re parió a todo el mundo, déjenme dormir en paz!
¡No nos obligues a entrar, Jael! ¿Entrar a dónde?
Yo percibo el vadimonium y una especie
de aplicación subcutánea en la espalda
que detiene la sangre y paraliza la musculatura.
No sé bien de qué se trata el asunto, estoy mareado,
cabeza me duele la y mierda pasa qué, me deshago y entrego,
levito sobre los muebles, la trompa de falopio me absorbe.


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jueves, diciembre 06, 2007

miércoles, diciembre 05, 2007

Ampere recargado doce













12

Por las mejillas, el seño y las patas
de dos gallos tocados por la violencia,
la cerda mojada en la paleta
del carnicero me pinta el retrato
del viejo, del joven, da lo mismo,
Dorian Grey para cada caso,
público o privado de compañía,
que hace un instante decía yo
como persiguiendo un fantasma,
o un pájaro fugitivo a la noche
que me protegería bajo su ala
si tan solo pudiese alcanzar el nido.
Pero las medias de red bajo la pollera
me atrapan como a una mosca
en una telaraña fina pero pegajosa,
invisible pero letal. Mi nombre
es Jael, soy una mosca en el banquete
de la chica más linda del barrio.
Abro los ojos, ella sigue ahí,
sosteniéndome la nuca,
abriendo graciosamente la flor
de sus labios pintaditos de negro
para decirme incansablemente
la sanata: ¿estás bien?. Gracias,
le digo, y disculpá mi estado,
pero no todos los días voy al cielo
y por eso creo que me apuné.
La tormenta le ilumina la cara
y a mí me parte un rayo.
Me ayuda a ponerme de pie,
camina conmigo despacio,
tomándome la mano caliente
con la mano fría de la autoridad.
Llegamos a Felipe Vallese,
doblamos a la izquierda
y en la esquina del Pasaje
el amor dice ésta es mi casa,
nos vemos;
yo le respondo ojalá.
Le pongo los ojos achinados
como para ganar algún puntito.
Ella abre la puerta y el pasillo
es un tobogán por donde cae
a las arenas del desierto;
yo quedo clavado por ver
su culo que se mueve
hipnotizando a las víboras.
Cuando cierra la puerta,
la escucho cantar mientras no
hay nadie que pueda ayudar,
los niños saltan de felicidad,
no es el diluvio, no es
el infierno. Yo estoy picado
con el veneno del amor,
me dan ganas de estamparme
contra la puerta y partirme
la cabeza en mil pedazos,
sufrir dolores inconcebibles.
Llegando a Martín de Gainza,
abro la mochila y saco la llave.
Justo una señora camina
taconeando por la vereda
y me dan ganas de hacerle
el persero o de ahorcarla
sin explicación alguna,
pero no le hago nada
porque estoy muy cansado,
así que le perdono la vida,
me tomo un amoxidal 500;
abro mi propia puerta,
hago un percenseo en el living,
atravieso el patio y me voy
al fondo,
al dormitorio,
que es una noche sin luna.


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lunes, diciembre 03, 2007

Paula


Pintó el arrebato

Por Sebastián Hernaiz.

Pintó el arrebato, de Oscar Fariña (No soporto verme feo ediciones, 2006).

"Oscar Fariña fue hace ya un par de años a un taller en la Casa de la Poesía. Yo fui al mismo taller y ahí lo conocí. En el taller leíamos nuestros textos y los comentábamos. El leyó los suyos y uno de los comentarios que me guardé de hacer es que menos mal alguien escribía esa poesía.

Uno de los textos que leyó empezaba con un asado en la cancha de Racing. Era una suerte de congreso general peronista en el que comían a la parrilla la carne jugosa de Cacho Castaña..."


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Sigue acá, en el interpretador, libros.

sábado, diciembre 01, 2007

Ampere once


















11

Estoy esperando debajo de las cosas
que el infierno me devuelva otra vez
al mundo, que se acabe el intercipio,
mientras escucho la melodía que dice
¿estás bien?, ¿pero estás bien?,
y si tan sólo tragara un poco de sustancia
quizás podría hacer algo con todo esto,
pero estoy seco y sin remedio.
¿En qué mierda estoy pensando?
Daría cualquier cosa por recordar
una parte del lenguaje y no parecer
tan imbécil, tan mudo, siento que
me quiebran la espalda,
que me arde el orto,
es un caso perdido, no sé
para qué hago la gimnasia
si no logro contestar la canción
que insiste ¿estás bien?.
Yo quiero hablarle, responderle
no te das cuenta que estoy hecho mierda,
que no existo, puta del orto,
pero jamás la voy a tratar así.
¡¿En qué mierda estoy pensando?!
Le diría no sabía
que vivíamos en la misma cuadra,
amor, luna, bombón, me gustaría
chuparte el culo hasta reventar.
¿Cómo carajo se te ocurre
hablarle con malas palabras?
La verdad, si recobrara
el uso de la boca,
no sabría cómo hacer.
Escucho ¿estás bien?
¿Y no sabés decir otra cosa,
cotorra infeliz? Por fin
le puedo contestar y le digo sí,
estoy muy bien, chica gótica,
y haciéndome el canchero,
le guiño el ojo con lunares.
La nena sonríe y es tan cruda
la carne que las moscas
me tapan la comida.
¿Para qué, para qué mierda
me entreno tanto si no puedo
aguantar un poco más?
El pozo ciego donde caigo
es la concha de mi propia conciencia
cavada en un terreno que no es mío
sino propiedad de ella,
una razón cavada a pija y pala,
de sol a sol, de luna a luna,
en cuerpos cultivados detrás
de alambrados de púas
que impiden el acceso,
porque la conciencia no está
ni en la mente ni en el cuerpo de uno,
hay que buscarla en otro lado
saltando por ahí como un demente,
perdido como sapo de otro pozo.
Es por eso que otra vez
deambulo pidiéndole permiso
a los obreros de mi sentido común,
porque son ellos quienes lo están
edificando en lotes desconocidos,
que le vendieron a ella
en la inmobiliaria de estafadores
de escrituras públicas.
Estoy convencido
de que al volver la chica gótica,
aprovechando la oportunidad
de mi estupidez y mis desmayos,
habrá desaparecido y escapado
a todo lo que da para su casa,
no sin antes haber aprovechado
la oportunidad de desvalijarme
toda la información que poseía,
hasta el último centavo acumulado
en la infancia y en toda la vida,
que ahora debe estar rodando
bajo su falda por la explosión
de mi alcancía,
por la hecatombe de mi chanchito.


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