viernes, mayo 28, 2010

Fotos antiguas de Villa Celina

(Album Villa Celina y Barrio Gral Paz de Francisco Pablo Sorrentino)

Primera foto: Abril de 1936 uno de los coches de la linea 15 inaugurada en esos días, cruzando la esquina de Bariloche y Chilavert, dos cuadras antes de finalizar su recorrido. Hoy con otro recorrido es la linea 117.

Segunda: Un colectivo de la actual linea 143

Tercera: La Riccheri viniendo de Ezeiza a la altura de Olavarría.
Ese palito blanco era la parada del colectivo 406 Rastreador Fournier.

Cuarta: La cochería de Don David en la esquina de Cruz (Hoy Ugarte) y Olavarria.

Quinta: 31 de Enero de 1960. Pintadas peronistas sobre la avenida Gral Paz.

Sexta: Vista de La General Paz en febrero de 1958

Séptima: Fachada del "Hogar Escuela Sagrada Familia" en la calle cosquin 4851. Todavía la calle de tierra en el año 1936.

Octava: Entrada del antiguo club del Banco Hipotedario Nacional ubicado fente a la autopista Richeri en un sector del actual Mercado Central-

Novena: Año 1966 - ceremonia de la bendición de una cancha de bochas en el barrio Gral Paz.

Décima: Anexo de la escuelita N° 14 (Hoy 137)

Décimo primera: Centro comercial del Barrio Urquiza. Al fondo, oficinas del correo.

Décimo segunda: Incendio en Villa Celina.























miércoles, mayo 19, 2010

Lecturas breves en la Semana de Mayo

Sábado 22 - 18 hs. Juan Diego Incardona lee fragmentos de Juan Moreira, de Eduardo Gutiérrez.

Domingo 23 - 18 hs. Laura Moretti lee fragmentos de Los siete locos, de Roberto Arlt.

Lunes 24 - 18 hs. Alejandra Santángelo lee poemas de Raúl Gonzalez Tuñón.

Martes 25 - 19,30 hs. Rodolfo Edwards lee textos de Leopoldo Marechal.

Carpa del Pañuelo Blanco

Actividades artísticas, culturales y políticas

para celebrar el Bicentenario

Entrada gratuita

Av. Rivadavia y 9 de Julio – Paseo del Bicentenario

Asociación Madres de Plaza de Mayo

Marcha de los Pueblos Originarios

Del 10 de mayo al 19 de mayo, los Pueblos Originarios marcharán hacia la Plaza de Mayo desde cada una de las comunidades. Hacia la reparación histórica en el Bicentenario.

domingo, mayo 16, 2010

Viaje al fin del Conurbano

"Corre mayo de 2110 (...) A lo lejos, me parece ver una cara dibujada sobre la tierra, al fondo de un valle artificial, formado por las paredes residuales que acumula la lluvia. Debo estar en el Partido de Esteban Echeverría y aquel deber ser un barrio busto, una localidad construida a semejanza de un prócer. Avanzo cien metros, haciendo equilibrio sobre las murallas de chatarra. Las suelas de las zapatillas se derriten poco a poco, no por acción del ácido, ya que mis calzados son de goma y resisten la corrosión, sino por la temperatura del metal. Tengo que apurarme. Bajo a los saltos, pisando techos y capós de camionetas y autos antiguos, Peugeot, Renault, Ford y Chevrolet de los años 2040, 2050, 2060. Ahora voy por una llanura de basura petrificada. Los residuos se cierran en pequeños montículos hasta que la erosión los parte al medio, quedando el piso salpicado por geodas de basura abiertas, donde brillan, como cuarzos y amatistas, latas oxidadas, vidrios de botellas, miembros descuartizados de muñecas, juguetes en general y, sobre todo, muchísimos papeles y cartones petrificados. Por curiosidad, me pongo a leer un libro abierto, pero sólo un fragmento, porque es imposible dar vuelta las páginas, así que no puedo saber de qué año es ni quién es el autor. Por lo poco que leo, se trata de una historia de amor entre dos niños, uno argentino y la otra boliviana, durante el siglo XX. Levanto la vista. Alrededor, cientos de libros, petrificados azarosamente, cuentan partes de sus historias. Entre ellos, camino, picoteando un poco de amor, un poco de guerra, una historia policial, una historia de aventuras. Este, me cuenta el final; ese, me cuenta el principio; aquel, no me cuenta nada, porque quedó abierto entre páginas en blanco, ¿o fue la lluvia que en vez de petrificarlo le borró la tinta? Pensarlo no tiene sentido, así que sigo adelante, hasta que por fin llego al Barrio Busto. En la entrada, un cartel me da la bienvenida. Debajo, yacen cuerpos, cuerpos, cuerpos. El fondo del paisaje me sopla nubes de humo negro y los muertos desaparecen de la escena igual que yo. No queda otra alternativa más que caminar sobre los cadáveres invisibles, pisar las piernas, espaldas y cabezas que imagino, llorar por ellos o por mí, pedir el sol o la luna, mientras tanteo con las manos la negrura, el aire espeso casi como el agua, que me obliga a dejar de caminar y a empezar a nadar, brazada tras brazada, en la atmósfera líquida que reina en el Conurbano Bonaerense, cuando yo, regenerándome, muero y resucito, muero y resucito, en el ultimo de los barrios y en el último de los años."


Viaje al fin del Conurbano (fragmento), CONABIP, 2010.