viernes, diciembre 30, 2011

Lo que falta


De la oscuridad
que rodea la cama del niño
—como la negrura del campo al pueblo—,
la luz vital agazapada
bajo las frazadas por el temor
a los fantasmas,
ahora queda,
como un océano perdido,
el sonido de las olas sin las olas
en el corazón.

Es parecido al grito de un espíritu
devorado por los gatos en el techo,
parecido al llanto del recién nacido
que habla y no se entiende;
a las piedras en verano,
a las plantas en invierno.

Donde no hay nada, hay,
sin embargo.
Y lo que falta tiene sonido
—siempre se escucha
lo que no está—;
yo lo escucho,
y hace falta cierta mente;
dondequiera puede oírse,
Ludwing Van Beethoven
lamentándose;
como una bestia nerviosa,
un caballo en el corral
frente a la inmensidad del cielo
en la pre-tormenta.

En este ambiente donde vivo,
tan pequeño y tan blanco,
hay, sin embargo,
ladridos de perros de otros países,
conversaciones de gente
de otros siglos,
fotografías invertidas de La Tierra,
como si ésta fuera un espejo
puesto en el espacio
contra mi casa.

También golpea la lluvia
en la persiana baja;
cruje de nuevo la madera
de los muebles
como si aún estuviera viva
en su árbol natal de aquella selva.

Ahora corre
el agua de la canilla
lo que falta de la infancia
hasta caer por el desagüe,
y como la sangre en las venas,
debajo de la ciudad en tuberías,
va mi sangre y busca el río.

Lo que falta, tiene
el peso de todas las criaturas juntas
y se ha echado sobre mi cuerpo
durante los años luz que dura
esta única noche.

Ojalá
pudiera amanecer.

Pero lo que falta es lo que sobra:
tanto sol el que no está,
tanto día no aparece,
que entonces los muertos se entusiasman
y revelan sus figuras espectrales,
en la ropa sobre la silla,
en el ventilador de pie,
en los puntos rojos
de los aparatos electrónicos.

Lo que falta
embota los sentidos;
la vista, por ejemplo,
arde en bocanadas de humo
que el vacío fuma en una pipa;
estará fumando algo que es mío;
pienso no tan solo,
ya me parece oler mi carne,
mi piel, mi barro, mi calle,
incluso los cuerpos que no son míos
pero que han sido míos,
desnudos en las canciones
en modo repetición,
en modo petición.

Y lo que faltaba…
han llegado los vecinos
a golpear frenéticos la puerta,
gritan mi nombre, insultan,
creen, ilusos, que yo puedo
bajar esta música tan alta
que allegro ma non troppo,
un poco maestoso
en la cueva del oso,
scherzo: molto vivace,
cuando lo que falta, hace
un escándalo.

Porque lo que falta, aturde.

De la oscuridad
que rodea la cama del niño
como la negrura del campo
al pueblo. 



sábado, diciembre 24, 2011

Poema de Navidad

Vení,

tomate un colectivo para brindar con nosotros;

los chicos te esperan sentados en la puertas de sus casas,

como esperabas vos a tus tíos desde la hora de la siesta.

No te quedes solo nunca más.

Los vecinos quieren saber de vos,

dicen que andás perdido,

preguntan si sos el mismo de antes;

es obvio que no, les dije,

nadie es el mismo,

pero ellos responden que no han cambiado

y, pensándolo bien, es cierto,

ellos están siempre igual,

pareciera que no crecen,

sus caras me resultan eternas.

No se puede negar que

sus cuerpos envejecen y tienen arrugas,

pero yo estoy ciega y no puedo ver más

que lo que vi hace varias décadas,

te confieso que ya no sé

qué imagen tiene el día de hoy,

será por ver todos los ayeres progresivamente,

uno por uno sin darme cuenta del paso del tiempo.

Vos, en cambio, que te fuiste,

cuando volvés, podés comparar

una cosa con otra, esto y aquello, antes, ahora, después.

Entiendo que el lugar creció,

ya no es un pueblito donde todos nos conocemos;

pero ellos siguen igual,

mueren tan pendejos como hace cuarenta años,

porque su vida es juntarse en la esquina

y ver a sus hijos reproducir el mismo comportamiento,

y reír,

ver los cohetes iluminando el infinito

—no existe lugar en el mundo

donde tiren más cohetes que acá;

en la terraza del edificio 11

se ven los fuegos artificiales de tres Partidos—

donde vos, jugando al empresario, qué risa,

vendías galaxias en la barra de pibes

¿Te acordás cuando jugábamos a la guerra de las galaxias?

Hicimos un mapa estelar en toda la calle Giribone.

Como si fuera el TEG,

avanzábamos las piedras (naves espaciales)

de un cordón a otro,

entre las zanjas cósmicas,

y vos te calentaste

cuando te sacaron Orión, o Andrómeda,

y terminamos a los cascotazos luchando por el cielo;

y quedaron las estrellas estampadas en la casa de la Maico.

Veniiiií, no seas tonto,

compramos un pan dulce con muchas frutas como a vos te gusta,

el ananá fizz ya está en el freezer para que esté congelado como te gusta;

no sé cómo hacés,

en vez de tomar, masticás las bebidas.

Va a ser una linda noche, está fresquito;

Tus padres te extrañan, vení;

Capaz vienen tus primos, vení;

Tus sobrinos te adoran, vení.

¿Te cuento?

Hicieron un árbol con una rama,

le pusieron pelotas de papel y cinta bebé,

fósforos y velas de cumpleaños,

soldaditos pintados,

caramelos y recortes

de los chistes de los diarios.

Vení, dale, te lo quieren mostrar.

Y si llegás temprano,

por favor pasá por la misa.

Sé que a vos ya no te interesa,

te volviste medio ateo,

pero el cura quiere verte,

él leyó tus cuentos.

Vení a la Iglesia,

pasá a saludar,

que no te cuesta nada,

y que no se te ocurra

decir el chiste tonto

sobre tu última comunión

(la primera comunión).

Vení,

capaz hacemos baile en la calle

como en otras épocas,

cortamos Giribone con camiones,

y bailamos en Orión, Andrómeda,

las piedras y todas las galaxias.

Vení.

viernes, octubre 14, 2011

Viaje a Europa -2 y 3

(me faltan acentos y la letra enie)

2. Ida a Paris (13-10-2011)

Estoy viajando en un tren de alta velocidad, mientras escucho a Dylan en el mp3, cruzo de Alemania a Francia. Voy a Paris a pasar el dia; alli me espera mi amiga Flor, a quien hace anios que no veo: con ella curse en la facultad, despues le vendi anillos, mas tarde fuimos vecinos circunstanciales durante uno d emis tantos alquileres. Cuando yo me desgarre, ella me llevaba las bolsas del supermercado, una divina.

POr la ventanilla, miro el paisaje cubierto de arboles. Imagino, en esos bosques, los combates de mis soldaditos de infancia en el patio de Villa Celina,

Habra sido terrible.

Ayer, mientras caminabamos hacia la feria con Osvaldo Bayer y Hebe Huart, Osvaldo, luego de que comentaramos nlas arquitecturas mezcladas que quedaron como consecuencia de los bombardeos de la II Guerra, nos pregunto: Saben quienes reconstruyeron este pais? Hebe y yo guardamos silencio. Las mujeres -dijo despues-, en una mano llevaban al hijo y en la otra la pala.

Que placer caminar con ellos, escuchar sus opiniones y anecdotas. Mas tarde, Osvaldo hablo sobre la patagonia. Conto cosas terribles que le sucedieron a los tehuelches (cito a Rodolfo Kusch: los indios solo querian estar, los conquistadores querian ser), y despues a los obreros de principios de s XX. En un momento, me hizo llorar de risa, cuando leia un informe policial de la epoca, donde un policia daba testimonio de la patada que una mujer anarquista le habia dado en el testiculo izquierdo, testiculo ideologico.

Frente a mi, viaja sentada una chica alemana, inmutable; su boca, mas que cerrada, sellada. Ella me espia mientras escribo. Tal vez, imagina que la nombro en este diario. Nunca sabra lo que puse. Tiene un anillo grande de piedras, muy lindo, que yo hubiera vendido enseguida en mis anios de plaza serrano o plaza francia.

Ahora cruzamos un pueblo. Las casas, con techos a dos aguas, tienen las paredes mayormente pintadas por graffiteros.

Viajo por primera vez a Paris, el suenio rioplatense de larga data, el de los intelectuales de ambos siglos, y tambien de los tangueros. Que voy a encontrar alli? Busco algo o es solo una cita obligada? Estare pocas horas, porque maniana tengo que volver a la feria.

El tren avanza por vias impecables, entre paredes verde oscuras y claras del otonio. Sobre el cielo, las nubes, que ahora todo lo cubren, dejan traspasar, mas que rayos, resplandores. El cielo no tiene nada de especial, podria ser el mismo que veia entre los monoblocks de la general paz. Alla veo chimeneas inmensas que largan humaredas del mismo color plomo derretido que esta arriba. De esos galpones, donde, intuyo, fabrican autos y maquinarias para medio mundo, proviene quizas el cielo nublado aleman.

Miro el campo y ahora me parece ver plantaciones de soja. Por dios!

Soy leyenda. El libro se esta acabando. Neville encontro un perro y le dio de comer durante dias; intento curarlo del espanto que sufria el animal pero este, finalmente, murio. Me hizo llorar. Los vampiros todavia apedrean su casa y el pasa las horas borracho. Pero, de pronto, una mujer cruza el campo... Una mujer viva entre los zombies!

Ahora viajo por una zona montaniosa y mas boscosa. En las laderas, hay muchas casas de tejados rojos. Debe ser hermoso esto cuando caiga la noche, abierto el negro de los pozos, plateadas las crestas por El luna, asi con articulo masculino como en aleman, un valiente guerrero en lo alto, en lugar de la doncella blanca que siempre ha visto el idioma espaniol.

A mi lado, desfilan pasajeros e inspectores; sus palabras son incomprensibles, solo forman parte de un ritmo, como el golpeteo de las ruedas en las vias. Entonces, comprendo que, por mas vocabulario que haya en este sitio, para mi las voces son un silencio de significados; todo lo interpreto por carteles y por gestos. La palabra escrita es dibujo; a veces, un prefijo, un sufijo reconocible, pero no mucho mas. Asi, puedo descansar la mente y ver mejor la naturaleza a traves de la ventanilla.

Soy viajero. Soy extranjero. Soy leyenda. Y todo sin vampiros de ojos sanguinolentos, inclinados sobre dormidas heroinas. Todo sin murcielagos que golpean los vidrios.


3. Vuelta de Paris (14-10-2011)


Acabo de subirme al tren, para volver a Frankfurt. Flor subio un rato y luego nos despedimos. Fue tan generosa y atenta todo el tiempo; ayer fue un dia maravilloso. LLegue muerto de cansancio, sin embargo saque energia vital de no se donde para emprender una maraton a contrarreloj, que empezo acompaniandola a ella a la universidad, continuo por toda la ciudad en subtes, trenes y buses, a Notre Dame, a St Germain, a un museo de los impresionistas y simbolistas, a la torre eiffel por la noche. Subi a la punta de la torre!! Entramos con el ultimo contingente, pasadas las 11 y media de la noche. Desde alli, veia las simetrias que forman edificios y calles, los puentes sobre el Sena, la ciudad entera, encendida y rayada de cicatrices y revoluciones. Despues, cuando se hicieron las 12, la torre marcó el cambio de hora y de dia, titilando todos sus proyectores y lamparas. Medianoche en Paris, y yo en la punta de la torre Eiffel, a mas de 300 metros de altura.

Antes, en el museo por la tarde, me habia impactado ver las pinturas originales, que yo conocia de memoria, como en ese pasillo cuando, de pronto, aparecio ante mi el Angelus de Millet, esa obra que obsesionaba a Dali y que yo habia estudiado en la facultad. Muchos apuntes de la facultad aparecieron, para mirarlos, para tocarlos.

Una escena suelta: en los parques frente al Louvre, aterrizo una bandada de pajaros. Me acerque, pisando el pasto de los jardines, a lo que yo suponia que eran palomas; pero eran cuervos, muchos cuervos que despues levantaron vuelo y empezaron a dar vueltas a mi alrededor, una y otra vez de forma extrania, como si fueran rayos de una rueda, o el viento que gira en torno al ojo de un huracan. Ahhh, grite instintivamente, quizas levante los brazos, y entonces, obedientes a su mago, se disolvieroon en las oscuridades que hallaron a su paso.

Ahora, amanece; soy un pasajero que pierde la figura en impresiones y empastes, puro color vivo, en un tren de alta velocidad.

Algo habia matado al vampiro, algo brutalmente eficaz. Nada de estacas, nada de ajo, y sin embargo... Claro, la luz del dia!

miércoles, octubre 12, 2011

Viaje a Frankfurt -dia1

Mi primo Hernan nos llevo a Ezeiza a mariana enriquez y a mi, un fenomeno. Alli empezamos con un mcqueso; fue lo unico mas o menos barato que pudimos comer en el aeropuerto. Los pibes que atendian estaban estresados; comparamos ese trabajo con cargar bolsas en el puerto y no sabiamos cual era peor. Digo "empezar" porque un viaje tambien es un recorrido gastronomico, gordo!
El avion era el 60 multiplicado a gran escala, lleno, los asientos pegadisimos uno atras de otro. Pocas veces, la pase tan mal en un viaje, no pude dormir ni un minuto de las 13 horas; un azafato dominicano, copado, al ver que mis piernas se despatarraban por los rincones, me ofrecio sentarme en su asiento especial, al fondo, junto a la puerta de emergencia, que yo imaginaba abrir todo el tiempo, por torpeza, y salir expedido a la atmosfera. No me quede mucho, porque lo que ganaba en piernas, lo perdia en espalda; el asiento era muy recto. Asi que volvi a mi lugarcito apretado, junto a enriquez y a kohan, detras de la vieja alemana que todo lo reclinaba. Me salvo Soy Leyenda, de Matheson, que buen libro. "La fuerza del vampiro es que nadie cree en el" y "como luchar contra algo inverosimil".
En el aeropuerto de Frankfurt, me paso algo bueno: me encontre una campera-buzo con capucha en el banio (no tengo enie) vacio. Ahora viene conmigo, me queda perfecta, muejeje.
La gente del consulado nos llevo hasta el hotel. La combi decia ""Delegacion argentina", me senti un jugador de la seleccion. Mi pieza esta casi en la terraza. para llegar, hay que usar el ascensor hasta el 6to y despues una escalera. desde aca, miro ventanas de edificios opuestos, algunos con arquitecturas antiguas y otros muy modernas. Esto sucede -me explicaron- porque hubo muchos bombardeos durante la II guerra mundial y por eso la ciudad tiene parches y epocas.
A la tarde, tuvimos que ir a la presentacion de la feria, un embole. Yo cometi el error de dormir una hora de siesta, los ojos me explotaban. La mayoria ya estaba alla y yo llegue a ultimo momento, desabrigado e informal.
Me hago el graciosito ;) con la gente del consulado pero mucho no me festejan los chistes. Los diplomaticos son copados porque son amables; pero son muy seerios; yo les quiero arrancar esas corbatas tan prolijas.
Del evento, casi me escape con mempo, con quien fuimos a comer unos panchos increibles -mas que panchos eran choripanes pero de salchichas ahumadas- a la estacion de tren frente al hotel. De alli, voy a "escaparme" de nuevo un dia, el jueves, a paris, para conocer y visitar a mi amiga flor.
Ademas de salchichas, vi que los alemanes se destacan bastante en la pasteleria. Estuve como 20 minutos para elegir una factura, o como se llamen aca, de tan buenas que parecian todas.
Cuando oscurecio, fui a caminar un rato solo, para no dormirme temprano y despertar en medio de la noche, una estrategia inutil, ya que, como me ven, aqui me tienen, desvelado en la pieza a las 3 de la maniana, escribiendo en mi cuaderno de papel arania que compre antes de salir.
Maniana, inauguramos con mariana enriquez las mesas redondas. Nuestro tema es ciudad narrada y vamos a hablar de periferia.
Definicion 1: El conurbano es lo que rodea al centro y no es ni ciudad ni campo.
Definicion 2: El conurbano es la carne que desea el espiritu (buenos aires). Es el lugar de sus deseos reprimidos, por eso el portenio suenia que alli siempre lo quieren violar.
Defincion 3: El conurbano ya no esta delimitado por la general paz; cada conurbano se parece a la capital con la cual limita: el sur al sur; el oeste al oeste; el norte al norte.
Por ultimo, mi ducha esta encerrada en una especie de pecera. Al baniarme, veia como mi cuerpo en el espejo desaparecia lentamente en el vapor, hasta que me quede solo con el agua caliente, sin compania de reflejos, o deformaciones.
Robert Neville cerro los ojos y puso las palmas de las manos en el ataud. Estoy aqui, penso. He vuelto. Recuerdame.

domingo, septiembre 25, 2011

Árboles cortados en la ESMA

En los últimos días, hubo poda. Los árboles caídos chorreaban una resina roja como la sangre, lo cual causó impresión en los trabajadores del predio. Las fotos las saqué este viernes pasado (23-9).






Árboles cortados en la ESMA

En estos días, hubo poda en el predio. Los árboles caídos chorrean una resina roja como la sangre, que impresiona ver. Las fotos las saqué este viernes pasado (23-9).







lunes, septiembre 12, 2011

Sopa de la noche

Como la mezcla
de un sueño,
está servida la hermosa sopa de la noche,
no en la mesa ni en la cama sino afuera,
brillante en la sopera, redonda y lunar,
llega del cielo de la calle y traspasa la suciedad del vidrio;
porque mi ventana es un imán de luz en Buenos Aires;
como la primavera que da vuelta todo,
estudia en la plaza y juega en la escuela,
de las mismas letras forma alegría y alergia,
incuba en los ojos y de esos huevos nacen visiones;
no para volar sino para arrojarse al abismo
igual que Alicia en la madriguera del conejo,
arrastrarse después en la vereda o incluso en la zanja;
abajo se ve mejor lo que pasa porque todo es gigante:
la gente cobra de nuevo su verdadera monstruosidad,
cierra las cuevas con llave y cena en familia pegando alaridos;
nadie queda en la vía pública salvo el último ser humano:
es el jorobado de Notre Dame que abre bolsas en las esquinas,
encuentra papeles, comida, una radio y algo de ropa;
elige algunas cosas y las carga hasta el final del arco iris;
yo me quedo en la zanja junto a un vestido de novia que mueve el viento;
la cola se enrosca como una víbora al poste de luz,
toda la prenda se sacude y las manchas de vino gotean la fiesta,
el matrimonio se escurre por los hilos y me salpica a mí,
justo a mí, que jamás voy a casarme;
como dormir y lastimarse la boca,
una mezcla de sueño y sangre,
arde la garganta y sobreviene la sed
y lo único que encuentro para saciarme es la zanja;
para mi sorpresa el líquido oscuro es sabroso;
una sopa de la noche,
humeante en la sopera,
sopa del hogar, en la noche, hermosa sopa.

lunes, septiembre 05, 2011

Candela

Los vecinos están en el baldío / alrededor de un pájaro recién muerto; / habrá caído del espacio —dicen—, / porque acá no hay árboles ni hay cielo. / La radio y la TV transmiten desde el nido; / algo habrán hecho —informan—, / acá no hay árboles ni hay cielo. / Alguien abre las geodas de basura / cuyas amatistas brillan figuritas / y muñecas desmembradas; / en retirada, marcha la comunidad, / pisa los juguetes en el día-noche / y se hunde, colectivamente, / hacia el interior de la Provincia / donde la pampa, se sabe, / es como el mar, / rojo, oscuro, olvido. / Las plumas del pájaro flotan sin cielo / y en el espacio no las quema el sol, / sino la última estrella fugaz / que cruzó el Acceso Oeste / antes de que los deseos apagaran / las chispas.

martes, agosto 16, 2011

Subrayar una acción

(Caminata desde la ESMA hasta San Juan y Entre Ríos - 24/3/2010). Artista: Gabriel Serulnicoff / Lectura de la "Carta Abierta a la Junta Militar", de Rodolfo Walsh: Juan Diego Incardona, Cecilia Eraso, Marina Kogan, Mariana Eva Perez, Sebastián Hernaiz, Ines de Mendonca.

viernes, julio 15, 2011

Abre la inscripción a la Escuela de Escritores del Rojas

El Centro Cultural Ricardo Rojas, con la dirección de la Lic. Cecilia Vázquez, presenta:

Letras–Julio 2011



Escuela de Escritores 2011
Convocatorias para aspirantes a participar en la Escuela de Escritores del Rojas

Cronograma
Recepción de manuscritos para la Clínica y texto de presentación para el Taller: desde el 15 de julio hasta el 19 de agosto
Lugar y horario: Av. Corrientes 2038 - Centro Cultural Rojas - Oficina de Coordinación Artística, 3ra planta, de lunes a viernes de 8 a 14hs.
Comienzo de las clases: semana del 5 de septiembre
Finalización: semana del 21 de noviembre

El cupo es limitado y se formarán dos grupos para el trabajo en cada una de las dos convocatorias. Las clases serán una vez por semana para cada uno de los grupos, tanto de Clínica como de Taller, en el horario de 18 a 20. Días de cursada: miércoles o viernes a determinar por el docente.


Convocatoria 1:
Continuará. Clínica para novela y crónica
Coordinación: Matías Serra Bradford*

Esta Clínica está destinada a todos aquellos que estén trabajando en un manuscrito de novela o crónica y que consideren necesario un espacio de intercambio para plantear y resolver los desafíos que provoca todo proceso de escritura. Se analizarán, entre otros aspectos, la construcción de la voz narradora y de los personajes, la estructura, el lenguaje, la atmósfera, los diálogos, el eco de textos afines. La modalidad de trabajo de Continuará implica para sus integrantes la lectura de los otros manuscritos seleccionados, de modo tal que no sólo reciban aportes sobre su propia narración sino que, a la vez, se ejerciten como lectores activos.


Horarios:

Grupo A: Miércoles de 18.00 a 20.00
Grupo B: Viernes de 18.00 a 20.00

*Matías Serra Bradford nació en Buenos Aires en 1969. Escritor y traductor. Colabora en distintos medios de Argentina, en Crítica de México y en la revista inglesa PN Review. Fue el editor y traductor de Si mi biblioteca ardiera esta noche de Aldous Huxley, y de La isla tuerta, antología en la que seleccionó a poetas británicos de los últimos sesenta años. Tradujo también a John Berger, Iain Sinclair y Patricia Highsmith. Es el autor de las novelas Manos verdes y La biblioteca ideal.

Requistos de presentación:

-Manuscritos (novelas o crónicas) con un mínimo de 40 páginas escritas a doble espacio. No hay un límite máximo.
-No se reciben textos terminados.
-En la portada debe figurar el nombre del autor (sin seudónimo), teléfono y dirección de mail.
-Los autores pueden ser publicados o inéditos.
-Los autores serán avisados exclusivamente en caso de haber sido seleccionados.
-Los manuscritos presentados no serán devueltos.
-En el momento de presentar el material, se le entregara un recibo que acredita el orden de presentación que corresponde a su texto.

Convocatoria 2:
Taller de lectura y escritura “La imaginación de lo común”, a cargo de Juan Diego Incardona*

Taller interdisciplinario de técnica y creatividad narrativa. Recursos narrativos para la transformación de personajes cotidianos en héroes de aventura y fantasía-
El objetivo del taller es, ante todo, vincular la escritura con la vida, con la memoria, con la propia época y sus referencias, pues es la propia experiencia vital la mejor biblioteca que posee un autor. Como complemento, se trabajará en el desarrollo de estructuras argumentales y caracterizaciones de personajes. Los textos y películas que componen el programa servirán como ejemplos de los distintos procedimientos y estarán relacionados, luego, con las consignas de escritura que deberán realizar los talleristas.

Horarios
Grupo A: Miércoles de 18.00 a 20.00
Grupo B: Viernes de 18.00 a 20.00

*Juan Diego Incardona: Buenos Aires, 1971. Fundador de la revista el interpretador; publicó Objetos maravillosos (Tamarisco, 2007), Villa Celina (Norma, 2008), El campito (Mondadori, 2009), Rock barrial (Norma, 2010) y relatos en distintas antologías. Actualmente, coordina el área de Letras en el ECUNHI, de la Fundación Madres de Plaza de Mayo.

Requisitos de presentación:
Texto breve explicando las razones de interés para la participación en el taller de lectura y escritura y un currículum.


Universidad de Buenos Aires
Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil
Centro Cultural Rector Ricardo Rojas
Prensa y Comunicación
Corrientes 2038 - 4953-3556- prenroj@rec.uba.ar - rojascomunicacion@rec.uba.ar

martes, julio 05, 2011

Vacío

qué lindo es ver una peli
en un cine vacío
qué lindo es viajar
en un colectivo vacío
y qué importante es un envase
cerrado al vacío
¡Qué feo es sentirse vacío!
Horrible: tirarse al vacío
pero qué rico es
comer vacío
(¡40 pesos el kilo!)

*
meindiiiiiiignaaaa
-le agregué.

martes, junio 28, 2011

Pasé por la plaza de Buenos Aires y saludé al árbol violeta,

le pedí mis tres deseos del día y le ofrecí sus tres deseos del día;

en la parada esperé largo rato al colectivo esta tarde

del horizonte sulfatado de cobre

del sur, orbe, ácido y cúprico

y las propagandas

del humo de los caños de escape un fantasma,

el vendedor ambulante sin brazos que agarra con la boca la caja de encendedores de colores cuando caen estrellas de mar abierto entre los bananos por el frío.

¿Con qué pasajeros compartiré mi trance?

Aún no viene

o no vendrá

y ya somos la gente que ha pasado, no sólo los padres, ni las hermanas, no los huesos abuelos, no las amigas fallecidas que siempre se llaman Marina en la torre 65 de la Autopista Riccheri sobre verduras con sabor a carne o en la torre de Babel de tu Almagro juvenil cuya pista nublada desata la lluvia de hierro pinchacabezas

masticapelos de las modelos que tocan hoy

o los profesionales y el seguro para el domingo de nuestras vidas,

porque hay que darse cuenta que con tanto sol estamos empapados;

el horno de la sociedad del futuro está al máximo

nos cocinamos rápidamente como cerdos en las fiestas;

y yo necesito estrujar la ropa

tragar gota a gota

una o dos tormentas y todavía el sudor;

soy un carroñero de la memoria

esta sed no tiene fin / ni precio/

pica el estomago como el hambre;

el vacío es un pozo lleno de personas

un espacio tan lleno de ruido que aturde

porque no viene

o no vendrá

el norte (sí, perdido)

del humo,

de las propagandas impermeables,

por más que vaya la risa de uno,

el llanto de otro a la dirección

equivocada por un sinfín descalzo en tornillos

de cabezas rebarbas mis tres deseos,

no sólo las casas ni los autos ni ellos o yo;

ahora es la hora derretida y vibrante,

eléctrica tu maravilla inyecta ritmos inéditos en las arterias

y el enamoramiento es universal;

difícil es, a todos nos pasa, la relación particular,

entonces nos vamos de nuevo a la estratósfera,

al menos esto sucede con algunos que conozco,

almas bellas vestidas con prendas descosidas y caras desfiguradas

-algún día se cortaron los ojos, se quemaron la boca a propósito,

se arrancaron las orejas igual que el pintor pero conservaron las manos para tipear contraseñas en las redes sociales y decir una cosa

por otra-

para rezarle al espíritu de su aventura,

subir cada día como a una nave de la guerra de las galaxias

pelear con los extraterrestres por el bien de la humanidad

llegar a un asteroide con wi fi

y re-conectarse;

ahora parece

que viene;

no, no viene.

¿Viene o no viene?

Colectivo de mierda mi paciencia tiene un límite;

yo

de acá

me voy

a caminar las pantallas sobre los hijos de ustedes;

que saluden al tío astronauta los lacayos del piso

en los cometas fragmentados del barrio vuela,

no la pelota de fútbol,

no la canción de rock and roll,

no la marcha peronista,

es sólo un idiota lleno de sonido y furia encima de los íconos,

desmaterializado en el fondo del escritorio como el ambiente en el volumen;

no venía pero vino, y se fue

paso a paso mi espalda lo vio venir y no dijo nada,

la espalda puede ver , tiene la vista camuflada como el instinto de los monos,

y adelante, adelante no es importante,

espinosas las imágenes se alargan más allá de los traseros y reparten coletazos de infancia,

del humo

de las propagandas,

siempre entre los vendedores ambulantes bi-mancos la ventana abierta

de un hombre dotado y “ocupado” que chatea con una chica “ausente”

para escribir simultáneamente

lo que dice la piedra movediza,

la montaña crecida dentro,

la gran roca en su pecho horadada no por el agua sino por la misma sed,

aquella del hambre su expectativa,

su espera o más bien su manera de esperar,

¿qué espera?

Digamos, la realidad nos muestra más de lo que podemos tener,

y todo lo queremos y nada lo poseemos,

es un lugar común que cualquiera sabe,

ya que, lo comprobamos en el invierno, no de nuestros inviernos, sino de nuestros pésimos veranos,

donde incluso en los calores y la sed,

vamos tan vestidos que duelen las articulaciones cada vez que un movimiento sencillo como estirar el cuerpo para dar un regalo de cumpleaños o sólo de cariño a una persona proyectada de los perfiles fotográficos nos recuerda la artrosis prematura.

Estoy viejo pero soy joven

y esta juventud ha costado más cara que la botella de agua del pos-apocalipsis.

Ustedes,

seres mutantes,

pueden entender de lo que hablo

así que no sean hagan los distraídos ni definan incomprensibles la expresión,

el chorro, o el vómito, o cualquier sustancia del corazón de las tinieblas

porque a la verdad, la otra mejilla;

ustedes, como todos, que se habían transformado en insectos, luego en objetos inanimados,

después, resucitados,

en anónimos seres humanos,

sirven a un propósito impersonal del orden que no trastoca la revolución ni la ficción y que, en sus inconscientes, laten, desplazados, bajo la trivialidad de una escena doméstica puertas abiertas, cama deshecha, restos de comida sobre los muebles, una coca cola sin gas que quedó del mediodía y condimentos.

¿Quién golpea la puerta si nadie sabe dónde vivo?

Si levanto la música, nadie golpea la puerta,

Nadie llama por teléfono, en definitiva,

nadie habla porque nadie escucha,

el sonido se ha vuelto gráfico, se dibuja o se escribe,

todas las relaciones se han vuelto epistolares

y el cartero,

que jamás apaga su mp3,

recoge y entrega,

recoge y entrega,

recoge,

entrega,

consume la leche de la vía láctea,

¿A dónde se dirige ahora?

¿qué dicta su planilla de trabajo?

Nadie lo sabe,

ni siquiera él, ni su patrón, ni los mensajes,

ni siquiera Dios porque hasta Dios está en cualquiera.

En esta ruta no tiene sentido hacer dedo,

la mochila no cabe en los baúles y a todos espanta,

es un cargamento de oraciones de acero,

palabras con alto porcentaje de carbono

que, si tomara por fin la decisión,

el fuego ramificaría en millones de chispas

del sur, del norte, de las propagandas,

de los muebles, la cama

y los condimentos viajando

a la velocidad de la luz.

Pequeño árbol violeta,

¿vas a estar todavía

en la plaza de Buenos Aires cuando venga

el fin del mundo?

Porque a mí me gustaría

hablar con vos igual que siempre

y que cada uno pida tres deseos;

nuestros ritual es algo

que podríamos conservar

¿Qué decís?

Veo animales por todos lados,

Ladran, maúllan, rebuznan y así se comunican,

en toda la selva no existe una sola criatura en silencio,

a todos se les ha dado por expresarse

y desaparecer en el ruido.

Veo zapatillas por todos lados,

Veo medias por todos lados,

Veo pantalones por todos lados,

Veo remeras, buzos, camperas,

Pero faltan ropas interiores,

¿adónde dejaron las bombachas y los calzoncillos?

Todos los que se desnudaron y se fueron,

¿a dónde dejaron sus prendas íntimas?

A lo lejos,

una tribuna colmada

insulta o felicita;

sus adjetivos calificativos se han sustantivado,

definen identidades que a esta altura ya se han vuelto comunes,

todos los sustantivos propios son sustantivos comunes

y en ese cantar

del pueblo fantasma

podría estar yo

borrado

o cambiado,

de nueva forma,

otro color:

violeta como el pequeño árbol de la plaza.

Tengo sueño,

voy a despertar nuevos diálogos

con el hombre “ocupado” y la chica “ausente”.

el volumen levanta como cae

la comunicación.

Los animales de la selva se callan de repente.

Orfeo de la basura tus acordes contaminan más que las chimeneas de las fábricas;

cantante petroquímico de apariencia tornasolada y aceitosa,

las naves espaciales caen del cielo a la zanja;

la pequeña corriente las arrastra al agujero del cordón,

junto a todo lo demás,

el pie en la calle arrastrado por la crecida,

el árbol y el hombre unidos en el inframundo,

bajo la ciudad cuyo nombre refiere sentidos inmateriales y morales,

aire y bondad,

una combinación velada por el sulfato y la propaganda

y mi sueño

que ocurre aún más abajo:

Hombre.

Dormido.

Ocupado.

Habla.

Chica.

Ausente.

viernes, junio 17, 2011

Pasajero del 15

Un vendedor ambulante

baja del colectivo y salta la reja del predio

porque le contaron que toca León Gieco;

Debe haber mucha gente –imagina- mientras pasa

la canasta atada con pañuelos hindúes,

caras de parsec pegadas al mimbre,

cortezas de árboles escritas con ofertas del famoso

pan del continente para toda la gente…

Cuántas caras,

vendedor de pan caliente,

en la multitud mirás vos

sobre las paredes de los Derechos Humanos

cuyos graffitis de la Revolución Cubana se han mezclado

con dibujos de portaviones hechos a mano

por los cadetes que estudiaban la guerra

a través de los espejos en los bosques encantados

y las montañas nevadas de Nuñez;

magia blanca y negra como foto de la época,

o de mi percepción que llueve pálida en pitadas

memorias lisérgicas a la infancia,

a los héroes, o al sexo.

Cuelga los globos y enciende la picana,

usa cotillón y prepara el submarino,

yo te daré la bienvenida y la mala noticia:

no hay León en la Plaza de Armas,

ni clientes que puedan comprar tu pan exquisito;

el trigo es una yerba mala hecha con pelos humanos

de la Facultad,

pasto de las aves homéricas que,

en los árboles de siempre, recitan

la Illíada montonera

y la Odisea colimba.

Sopla el viento,

muerde como un zombie la erosión

a todo ser vivo o muerto que encuentra a su paso;

la carne es más dulce en la ESMA y el pampero la prefiere,

el viento de Buenos Aires gusta del sabor del sufrido,

ya todos saben que, por cultura, la alegría no es un bien

de la Patria; los árboles del 70 han perdido los hojas

pero los troncos, como estatuas, siguen en pie;

sostienen altares cuyos sacerdotes —nuestros padres-

de Apolo disparan ramas como si fueran saetas

a los peregrinos del Museo y el Casino de Oficiales;

a veces dan en el blanco, a veces dan en el negro.

Viene la tormenta y a muchos les gusta,

creen que la lluvia lava la sangre pero no es así,

la lluvia penetra el suelo y saca a flote la sangre seca,

incluso las raíces, reblandecidas, se separan de los huesos;

los charcos de agua se vuelven ácidos

y al caminar se me derriten las zapatillas;

en puntas de hueso me voy abajo,

me hundo inexorablemente hasta probar

la carne vegetal del cadáver mutante,

soy un insecto extraño de Kafka,

quizá un parásito al que le ha sobrevenido

la terrible necesidad —el hambre—

que ningún alimento conocido,

ni siquiera tus productos podrán saciar;

así que adiós pasajero del 15,

me voy –o me caigo-

a la Sub-república Argentina,

a devorar con los gusanos

el fondo abierto.

domingo, junio 05, 2011

Estrella del invierno

Estoy solo,

soy un sereno en un campo de concentración,

en medio de las ventanas oscuras

brilla mi cuarzo rosa estrella del invierno

en una edificación antigua del Estado;

las palomas entran confundidas a los ambientes

y tengo que ayudarlas a salir;

en el silencio retumba la gotera

y en la caja de alfajores guaymallén,

Eulogia, la gatita, sueña los sueños del león;

por la ventana entra frío y las palabras de los árboles;

entonces hablo con los árboles que lloran sangre

-los cuerpos no están pero quedó la sangre

y fotos en blanco y negro en todas partes-;

y creo que también he pasado a la escala de grises;

sucede cuando todos se van y yo me quedo

con el Word de Las Estrellas Federales,

una novela escribiéndose en la ESMA,

mientras, afuera, apenas, se oyen voces

de jóvenes que van a una fiesta

que llaman nacional y popular.

Los baldes y trapos de la Piqui

me miran y el largo pasillo silencia

las pisadas de los hijos del camión y pasta base

con la cara engrasada en Ciudad Oculta,

las manos heridas con virutas de CAMEA,

lo que alguna vez recordarán,

ya no tan jóvenes,

los jóvenes hermosos de la fiesta,

cada vez que el frío y el calor se conjuguen,

antagónicos, en cartulinas celestes del colegio

de sus hijos, o en el geriátrico de ustedes

debajo de los ojos cerrados de un anciano arrepentido

que evoca pasajes de su vida

como un sueño de Eulogia en una jaula transportada

por un camino largo entre vehículos quemados

a través de la Argentina en pastos altos;

como una noche en pastos altos donde no

se sabe si hay muertos enterrados

y donde estoy solo con fantasmas,

¿alguien puede escucharme acá?

A la noche bailo con los desaparecidos,

Ceno con los desaparecidos,

Juego a las cartas con los desaparecidos:

Ella por ejemplo, me sugiere un paisaje,

me recomienda personajes;

es una chica que no sé cómo se llama,

tendrá veintipico de años y es muy linda,

siempre la saludo cuando los jueves paso cine

en el microcine Ernesto Che Guevara;

pero en realidad estoy solo,

no quiero ir a ninguna fiesta,

prefiero, loco, o masoquista,

divagar en la neblina venenosa,

por más que me destruya y

a lo lejos brille luces malas;

no es siquiera oro viejo del Tesoro,

es solamente oro de los tontos,

piedras de Santa Casilda, piritas,

con los diablos tan pobres

que esconden la cola ante la vista

de los hermosos, de los muy hermosos,

los sofisticados de la endogamia política

y la revolución casi justicia social;

cuando se vayan de la fiesta, sus citas

—Scalabrini, Cooke, Perón—

serán cartones a tracción humana e infantil

al costado de Libertador hacia el norte,

porque, al fin y al cabo, el mundo fue y será…

y una sombra ya pronto serán

y entonces vendrán

al único cementerio del mundo

donde faltan los cuerpos.

Estoy solo,

en una soledad definida tan sólo por mi humanidad

pues los animales, las plantas y todos

los espectros me acompañan;

Vean, estoy, escucho

música debajo del gran puente grúa

en cuyos rieles anidan murciélagos;

levanto el volumen y entonces las criaturas

vuelan alrededor,

soy un nuevo acróbata del circo del aire,

doy vueltas como una nota musical;

se me cae la piel, cae la carne, se me caen

los huesos y ya no queda nada para la fuerza

de gravedad;

en matrimonio con la nada,

mi pobre belleza se derrite

a la hora del reloj de plastilina,

Eulogia se despierta y no me encuentra,

sale de la caja de alfajores,

pega un salto y se sube al entretecho,

avanza entre los caños y los cables,

se mete en su hueco debajo de la viga

y, allí, perdura,

entre dos dimensiones,

lejos de los perros.