Hoy me encontré con una amiga que creció en Villa Madero, barrio limítrofe de Celina.
Su mamá, Graciela, fue docente y trabajó durante un tiempo en la Escuela número 9, donde mi madre también estuvo algunos años. Dice que le preguntó a su mamá por la mía, pero que no se acordaba, aunque una amiga de ella, otra maestra que se llama Ana María, sí, la recordaba perfectamente.
-¿Y qué dijo de mi vieja? -pregunté.
-Que era algo así como una prócer de las maestras.
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