martes, noviembre 14, 2006

El lado del pájaro













En los labios babea una especie de suspicacia;
tonada del domingo hecha a propósito el lunes.
La saliva inventa cosas que a la rabia se parecen,
pero escucharlas me da nuevas ideas.

El gran insolente enojó a la señorita,
que miraba con placer las hojas en blanco.
Deseé con violencia sus ratos libres,
y dije fue una mala yerba esto que conseguí.

Los pájaros taparon mi cielo azul en su viaje a la nada;
las melodías son hermosas pero la oscuridad se cierra;
los objetos parecen fantasmas, la ropa cobra vida.
Cuando eso sucede, todo puede pasar.

Dos personas aparecieron en la puerta hoy a la mañana,
cuando el día se puso ruidoso por los autos.
Mueren casas, mueren parientes, también muere
uno mismo. No sabe tampoco el que nada sabe.

Suele colorearse de rojo mi pecho, o mis mejillas,
si toco la guitarra, si hablo fuerte o simplemente
cuando me ponen la vista encima.
Los ojos del día son cada vez más.

Casi tengo ganas de creer en este cuadro
seductor que revuelve la sangre,
que te vende un mejor hombre por ser triste
y perderlo todo cuanto antes, por grandeza.

Donde piso se agrieta el suelo y puede verse
el infierno, pero yo nunca caigo, al menos no por ahora,
porque la fuerza física, o la casualidad, siempre deja
una baldosa para que apoye mi pierna flotante.

Los sentimientos pueden cambiar
aunque el lugar parezca quieto.
¿Quién soy yo con esta cara?
¿Te pasaste la noche entre muertos?

No son para vos estas novias;
decile, enano de la suerte,
dónde va a parar la rueda rápida,
que el hombre espera el resultado.

Chico se hacía, mal se lograba,
tenía los ojos en puntos
colorados de alergia,
fijos en un instante soñador.

Arriba en el alto se meten las aves
y dan vueltas alrededor del árbol
que creció pese a todo en mi baldío
raspado por la edad.

Esos pájaros te llevan a lugares.
Se arreglan la barba, se cortan el flequillo
y salen enseguida, en viajes a dedo por el aire,
persiguiendo el brillo en el buen pasar.

Tirado en la silla con la cabeza pesada
y un dolor negro a lo largo de la nuca y la espalda,
les pedí que me sacaran por lento que fuera
de mi estática altura, donde no cabe nadie más.

Las ilusiones son formidables.
Aterrizan contra la mente del hombre rígido
y después la despedazan, para sacarle los gusanos
que alimentarán a sus hijos.

Hay un pájaro que resistió la vida doméstica;
él les avisó a los que ahora vuelan alrededor
de mi cuerpo, a los que toman el agua de mi saliva,
a los están trepados a las cuerdas de mis vocales.

Tengo que decidir qué hago con mis cosas,
si las tiro, si las presto o las regalo.
No se debe andar muy cargado
cuando la distancia es tan larga.

Ella me visita porque quiere despedirse,
pero yo sigo en otro mundo.
No son las ganas de hablar lo que me falta,
es que cualquier asunto parece ridículo.

Mañana va a caer una lluvia de polvo
para ahogar por completo a los vecinos,
al supermercado de enfrente,
a la calle y la propia casa.

Yo voy a estar afuera,
en una extraña juventud.
Va a ser tan simple en el fondo
que ni me voy a dar cuenta.

Un hermoso bailarín me dirige la palabra,
dice que tenga cuidado con los picos voladores
porque pueden arrancarme los ojos.
Yo no sé si creerle.

Quiero probar mis extremidades
ahora, por encima de estos techos.
No sé para qué espero tanto,
si nada me impide el movimiento.

Son insultantes los minutos en el asiento
frente a la computadora y la repisa,
mientras otro Juan Diego resucita en la cresta
de las corrientes, con menos conciencia.

No digo aventuras para llenar el tiempo
ni distracciones sensoriales;
presiento que esta vez no alcanza
con disfrazar el vacío.

Algo flota en el sufrimiento,
se remonta muy lejos para encontrar
un malestar semejante y anularse
mutuamente, en un presente desnudo.

Esos pájaros te llevan a lugares.
Van por la cresta de las corrientes.
Es tan simple que ni te das cuenta.
Cuando eso sucede, todo puede pasar.


***********************************
ilustración: Trixis

11 comentarios:

Anónimo dijo...

la hinchada pide el libro de poesias de juan diego!!!

Anónimo dijo...

:)

Nurit dijo...

Muy buenas las ultimas dos poesías!!!!
Quizá podrías traer alguna vez una poesía al taller

De yapa una crítica personal: A pesar de que me encanta la nada como tema, no hay que sobreabusar del nihilismo, como una vez dijo un amigo, (más allá de que esté de acuerdo o no con esa frase)
"el existencailismo y el marxismo están demodé"

Anónimo dijo...

gracias nucífora.
saludos!

Anónimo dijo...

que es el taller? das un taller, juan d? cuanto sale?

Anónimo dijo...

no cucciu, no doy un taller. nucífora se refiere a un grupo de amigos con quienes nos reunimos a leer cada tanto.
saludos!

Anónimo dijo...

y por que no das un taller de poesia? yo voy!

Anónimo dijo...

no sé, no creo que ahora yo sea el indicado para eso.
igual, gracias por tenerme en tan alta estima.
por que no averiguás en el taller de los sueños, que dan santiago y cucurto?
http://laduplasansan.blogspot.com/

saludos!

Anónimo dijo...

cucurto y llach son buenisimos, pero tu poesia tiene mas no se, emocion creo. por que no das un tallercito?

Pulpita dijo...

"Las ilusiones son formidables.
Aterrizan contra la mente del hombre rígido
y después la despedazan, para sacarle los gusanos
que alimentarán a sus hijos"

un bocadito dulce y asquerosito!!
es genial

si JD, Tenes que dicatar tu propio taller!!

saludos...

Anónimo dijo...

ves? pulpita y yo te hacemos el aguante para el taller, por que no lo das, dael, dale!