lunes, noviembre 26, 2007

Ampere recargado nueve


















9

En la esquina de Rojas y Bogotá
camina un bigote que siempre veo,
todo derecho y sacando pecho.
Lo acompañan dos perros de combate.
Me pongo a buscar por la cuadra:
doy con un volquete. Rebalsa
de piedras, latas y porquerías.
Revolviendo encuentro una cadena.
La estreno pegando latigazos
contra un poste de luz.
Tomo un amoxidal 500
y encaro hacia los tres.
Voy pensando, planificando
la acción pero enseguida
pongo fin al preludio por temor
a que el estado racional
me dé un espasmo, así
que me acerco de lleno,
primero contra el perro de la derecha,
que olfatea canteros de la ciudadanía
donde crecen
uñas de gato y rayitos de sol.
La aspiración lo mantiene
drogadicto en un indormio,
así que aprovecho la secuencia
y le flagelo la bola de lomo
con un cadenazo fulminante
que le produce un fatisco total.
La hipertonia alerta a los otros dos
pero sin dudar ni dar tiempo a la oppositio,
ejecuto un lateral primero y después un giratorio,
machucando la cabeza del segundo canino,
que, sin embargo, tiene tiempo
de lanzar un agudo quejido mezclado
con la ambigüedad de un tibio glaucito.
Del alma le chorrea
el yogurt encefálico
hasta formar en el piso la nube
con forma de elefante
que se derrite como si
le soplara el viento.
Mientras tanto,
el soldado principal toma conciencia,
pronuncia palabras que prefiero ignorar.
Yo me estoy cansando de la cadena,
la tiro sobre el último perro.
Enderezo los dedos
índice y mayor
de la mano derecha.
Los pongo tiesos como dos pijas
y los meto con fuerza
en uno de sus ojos.
Adentro
está tibiecito y húmedo.
El obduresco me recorre
el cuerpo de pies a cabeza.

********************
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7 comentarios:

Juan Dé dijo...

ilustración: Quasilucid

morgana dijo...

Me puse lejos del café.
Así sin nada con qué diluir me trago el recargado nueve.
Y los perros me hacen sufrir un poco, para qué mentir.
Me avivo que es sólo un invento y sigo.
Y me entusiasmo porque a pesar de todo lo que va chocándose y supurando, te das un tiempito para decir cosas como "en el piso la nube
con forma de elefante
que se derrite como si
le soplara el viento"
Una ácida ternura.
Saludos.

Unknown dijo...

Hola.
Le tengo que pedir un favor ASÍ de grande.
Ya que está en la esquina, no le encajaría un par de cascotazos de esos del volquete al portero de Rojas 353. Vamos. ¿Qué le cuesta?

Ok. Después arreglamos.

Muchas gracias.

Anónimo dijo...

morgana, una ácida ternura, gracias, me gustan los oximoron-

je, para tanto atina?, pero qué te hizo ese portero?

saludos

paula p dijo...

ta ueno juanK

Unknown dijo...

Fue uno de los más violentos panópticos porteriles que tuve (y además fue el primero, cuando me fui a vivir sola, allá por el año 2002).
Es más; hice con él (mejor dicho, con la idea de su asquerosa existencia) un ejercicio en teatro que se llama "el yo afectado negativo"... lo hice mierrrrda, pero se ve que no bastó para saciar rencores, ñejeje.

En fin.
Es lindo a veces poder odiar a personas en concreto.

Saludos.

Juan Dé dijo...

-chagracias paulape!

-Atina,
"el yo afectado negativo",
le hiciste, juaz!,
como si fuera un golpe de mortal kombat. debe ser una toma mental temible como su nombre. Bueno, pero el portero de Rojas parece ser muy resistente a tus insecticidas, porque según lo que contás sobrevivió.
debe ser el portero de Ante la ley. Hay que hacer algo urgente, antes de que cierre la puerta.