El equívoco o la tolerada confusión entre los sombríos anacoretas de Arlt y los “reventados” de Asís suponía un momento de la literatura que siempre se hace presente bajo la forma de un vivaz reclamo: se trataba de requerir un ámbito oscuro de las orillas de la historia, donde la gracia de unos intuitivos sabandijas relativizara los saberes profesionales y edificantes del buen burgués. Puede decirse, ahora, que es menos Asís que Osvaldo Lamborghini o Fogwill los que exploraron a fondo el destino de los arlequines “reventados” de Arlt. A esos complotados tragicómicos de gran jerarquía tramoyesca, los últimos autores mencionados quisieron captarlos—sin que el relato se diluyese—en el momento en que se escuchaba reventar a las conciencias, arrastrando consigo los pilares ingenuamente pactados del idioma nacional. Asís se propuso en cambio un sentimiento no auditivo u onomatopéyico, sino la elaboración de un libro sobre la historia nacional en el que se recorrieran las tensiones irresueltas entre entrar al ómnibus de la historia como sujeto pleno o como simpático truhán que pronunciara las voces de la historia llevando in pectore el sentimiento de ventaja personal, “agarrados como garrapatas”.
“Con nuestro resentimiento, Vitaca, podemos hacer una ciudad”, dice Rocamora en Los reventados. Y acaso se nos hace posible recrear una sonoridad arltiana en esa frase. Así como en esta otra: “tenemos que estar siempre colgados de la liana, agarrados como garrapatas, tenemos que estar siempre al costado, Vitaca, prendidos. Y si alguna vez en este país manda el Partido Comunista, nos compramos una hoz y un martillo y chau, seremos revolucionarios, es todo curro”.
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La versión completa, muy pronto, en el interpretador, número 32.
“Con nuestro resentimiento, Vitaca, podemos hacer una ciudad”, dice Rocamora en Los reventados. Y acaso se nos hace posible recrear una sonoridad arltiana en esa frase. Así como en esta otra: “tenemos que estar siempre colgados de la liana, agarrados como garrapatas, tenemos que estar siempre al costado, Vitaca, prendidos. Y si alguna vez en este país manda el Partido Comunista, nos compramos una hoz y un martillo y chau, seremos revolucionarios, es todo curro”.
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La versión completa, muy pronto, en el interpretador, número 32.
3 comentarios:
me gusta lo que escribis, como lo escribis y como acompañan las imagenes. te sumo a mis 'espejos'. gracias!
gracias hebe, pronto paso por tu blog. saludos
No parece claro el análisis dentro de muchos puntos de vistas. Por lo que pude leer, hace falta una buena base empírica diacrónica y sincrónica. Dudo de algunos planteos y de donde puedan venir. Sería bueno apoyarse en algunos estudios críticos de la teoría de la literatura, puesto a que "la fugura literaria" necesita analizarse no solo desde la hermeneutica de la obra, sino también de las corrientes literarias del momento."Figura literaria" es algo tan ambiguo y vago como la misma definición de Literatura. Recomiendo una lectura: "Literatura y Sociedad" de Carlos Altamirano y Beatriz Sarlo, o "Extensión e incertidunbre de la noción de literatura" de Régine Robin. Espero que esto pueda contribuir al análisis. Espero críticas. Saludos
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