domingo, noviembre 18, 2007
ampere cuatro
4
Aparezco
en Villa del Parque, lindas calles,
árboles altos, edificaciones bajas,
iluminación mortecina, un gato
se atraviesa delante
de una señora que va caminando.
Me dan ganas de seguirla pero no mucho
porque de pronto corro y pego un salto y caigo
con toda la fuerza aterrizando
con mis rodillas en su espalda.
Cuando los dos
caemos al piso suena
la melodía,
la cajita musical de las vértebras,
se parte en mil
pedazos
la vieja estatua de terracota.
Para variar
le clavo el cuchillo algunas veces
en el cuello y en la misma espalda
destrozada, me tomo dos
amoxidal 500 por
las dudas. Empiezo
a violarla. El nexus
tardaba demasiado: no sé
si a la concha le había dado rigor mortis
o era una frígida de mierda, pero igual
lo logré y me agarró
la corriente,
la perversión polimorfa, el obduresco y la ola,
y me puse a nadar
adentro mío, asomándome
de vez en cuando
para respirar el aire
de Buenos Aires; la luna
era creciente.
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3 comentarios:
ilustración: Like woah -seudónimo.
A ver.
Esta nueva costumbre del café a primera hora (la primera hora que se representa en mi vida, en la mía) y un rápido ojeo sobre blogs marcados me genera una cosa "parecida" a una necesidad. Tampoco tanto, pero mas ó menos.
Y venir por estos días suyos desordenados con esta carga de... no sé ni cómo definirla (éxtasis brutal? actitud esquizo?) me está gustando.
Voy a ponerle leche a mi café para diluir un poco el asunto.
Me gusta mucho, entiende?
Aunque sé que todo tan extremo, tan hard me va a hacer daño bacterial y yo con el amoxidal 500 ni media onda.
gracias Morgana!
seguiremos entonces, chorreando sangre y café-
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