jueves, octubre 05, 2006

Pity




















Hace unos años en la escuela quería progresar, pero progresar era comer, dormir y trabajar. Qué sistema de mierda y cómo te puede cambiar. Algunos quieren todo el oro, yo sólo quiero vagar con vos, yo sólo quiero vagar con vos. Y ser una Vieja Loca que rueda por las calles, siempre saber dónde ir para encontrar rock and roll.
Viejas Locas, Hermanos de sangre.



Me bajaba del 143 en la parada de Yupanqui, en Lugano, cruzaba el angosto puente peatonal sobre la Richieri, atravesaba las cuadras y los galpones de CAMEA y finalmente llegaba al largo paredón del colegio secundario donde estudiaba, el Industrial Don Orione, en el Barrio Piedrabuena.

Allí tuve buenos amigos, y uno de ellos fue Christian Álvarez, ya conocido como Pity, con quien compartí la misma División hasta que lo expulsaron, un mes de diciembre, cuando finalizábamos cuarto año.

Era una gran persona, inteligente, rebelde, líder natural y muy audaz. Sus compañeros lo respetaban y lo seguían.

Prueba de Física. Después de cuarenta minutos seguíamos todos con las hojas en blanco, menos Pity, que la tenía muy clara y ya tenía todo resuelto. Arriesgándose increíblemente, nos fue pidiendo, una a una, nuestras hojas, que le fuimos pasando en cadena de manos cada vez que el profesor caminaba a espaldas nuestro, por el pasillo entre los bancos. Poco a poco fue haciendo las pruebas de sus siete u ocho compañeros más íntimos. Ese día zafé gracias a Pity. Muchas otras veces lo hice gracias a Mumra, pero esa es otra historia.

Cuarto año (1988) fue la época que nos encontró más amigos. Creo que Pity y yo batimos el récord de rateadas en colegios secundarios. El libro Guiness debería tener en cuenta estos números. Sin exagerar, durante ese año nos rateamos más de ochenta veces. Cuando digo ratearse hablo de estar adentro de la escuela, de tener puesto el presente y luego escaparse. Nuestra amistad se forjó al calor de esas fugas matinales, siempre él y yo solos, nadie más se animaba a ratearse tanto. Sólo dos o tres veces nos acompañaron Calchi y alguna de las Urracas, o el Turro y el Pulpo. Llegamos a irnos todos los días de la semana. Para nosotros la escuela era querida pero también angustiante. Lo bueno estaba entre nuestros compañeros; lo insoportable estaba en la opresión del claustro, en el tiempo obligatorio, en las cosas que nos enseñaban. Nos rateamos en todas sus variantes. Saltábamos el paredón atrás del Taller y nos rajábamos cada uno a su casa. O nos íbamos a la General Paz. O caminábamos por ahí. O nos quedábamos charlando sentados en el cordón de la vereda. O nos escapábamos en el primer recreo, subíamos a la casa de Pity un par de horas y volvíamos en el segundo. Esa era genial. Escaparse y volver cuando queríamos. Era como una demostración de poder frente a la escuela. Y ojo que nuestro colegio no era una institución liberal, por decirlo de algún modo, todo lo contrario, eran muy estrictos en la disciplina y el adoctrinamiento.

En la casa de él, su abuela, que no cuestionaba nuestra conducta en absoluto, nos esperaba con el desayuno listo. Era una mujer muy dulce y naturalmente amable. Christian la amaba.

Pity abría los cajones y me mostraba pastillas de todos los colores. Yo le quería poner las pilas para que no se zarpe tanto, pero no había caso. Si tenés sobre tu lengua un pequeño cartón no lo tires ni lo escupas, chupalo por favor porque en pocos minutos la psicodelia estará con vos. Pity robaba objetos muy copados. Hola Señor Kioskero, vengo en busca de su dinero, ponga las manos arriba y présteme mucha atención... En su pieza había un semáforo y varios carteles de señalización. Una vez me vendió un stereo que le había encanutado a un auto por ahí. Lo tuve mucho tiempo conectado a unos parlantes que no me acuerdo de dónde los saqué. Y bue. Pity había ensamblado en su cuarto una especie de instalación artística. Había luces conectadas por todos lados, que se encendían y apagaban al compás de la música. También tenía una calavera de mono con lucecitas rojas en los ojos, un flash. Sueño que sueño que estoy soñando y de fondo una música tipo rocanrol, sueño no sé en qué sueño que soy un electrón.

Un día, Pity agarra la guitarra y me dice Chorza, escuchá, y puntea Angie. Eran, creo, sus primeros pasos con la viola. Es increíble que ese chico de 16 años que pulsaba frente a mí aquellos sonidos precarios mientras alucinaba en su cuartito de suburbio bajo los posters de impenetrables Jaggers, Richards, terminara tocando algún día como soporte de los Stones en River Plate. Mire mire qué locura, mire mire qué emoción: esta noche toca el Pity y el año que viene tocan los Stones!

La verdad, si tenemos en cuenta la cantidad de veces que nos escapamos, las veces que nos agarraron fueron muy pocas: solamente cuatro. Descubierto el delito, al otro día entraba el preceptor y decía, con esa voz tan fina y glotal que lo caracterizaba: ¡Incardooona, Áaalvarez, a preceptoriiiía!. Siempre lo mismo, cinco amonestaciones para cada uno. Así, a fin de año llegamos a sumar veinte. Teníamos que cuidarnos.

En diciembre, en la última semana de clases, nos regalaron a todos los estudiantes un Rosario. Pity, Calchi y las Urracas bardearon mal. Rompieron los collares y se pusieron a jugar a las bolitas en el patio. Qué pibes. Todos a Dirección, ni siquiera a Preceptoría. Les pusieron cinco amonestaciones a cada uno y con eso Pity llegó a las veinticinco. Lo expulsaron y al año siguiente cursó en el Reconquista de Boedo.

Una de las que más me acuerdo de Pity en el colegio fue cuando le sacó la escalera a nuestro preceptor, que se había subido al techo para buscar una pelota de voley. ¡Áaalvarez, Áaalvarez, la escaleera, vuelva a poner las escaleeera!, gritaba el pobre tipo. Abajo Pity se burlaba de él y le decía No, con el dedo. Nos morimos de la risa. Después de un rato nos fuimos. Nunca nos enteramos cómo hizo para bajar del techo. Al día siguiente, esperábamos represalias, pero no pasó nada; el preceptor jamás mencionó el asunto.

Nuestros últimos años de Secundaria coincidieron con los comienzos de Viejas Locas, banda que no paró de crecer, gracias, entre otras cosas, al boca en boca, a la pintada en aerosol, a la infinidad de calcomanías pegadas en los colectivos.

Las anécdotas son varias y me llegan todas juntas:

Una mañana en la escuela, Pity y yo creamos una suerte de pandilla, la LBA. Decidimos entre los dos a quiénes convocaríamos. Los elegidos, los compañeros más pulentas eran las Urracas (Beto y Edgardo, dos hermanos mellizos de Lugano 1 y 2), el Turro, el Pulpo y Calchi. Tiempo después se incorporó Mumra, aunque nunca fue aceptado plenamente porque no cumplía el requisito de haber sido amonestado al menos una vez. Durante un tiempo, escribimos y pintamos los baños y las aulas con nuestra sigla: LBA, la banda.
***

Fui a muchos de los primeros recitales de Viejas Locas. En Ramos Mejía, en Constitución, en Cemento, etc. Me acompañaban amigos de Celina. Una vez fui con Tuta, otra con Ricky (primer baterista de Villanos), otra con Mariana M... Pity me dedicó temas dos veces. La primera vez (“Este tema es para Chorza”) fue en un pub –no me acuerdo el nombre- en la calle Bernardo de Yrigoyen, en Constitución. Al final de ese concierto, se armó una de las grescas más violentas que vi. Volaba todo, estallaban vidrios, los pibes –no me acuerdo por qué- se dieron a mansalva.
La segunda fue en Lugano (“Este tema es para Chorza, para Mariana y las empanadas de Humita”). Un rato antes, habíamos comido empanadas de humita en el club Riachuelo, en Celina. Pity, Mariana M., y yo.
***
Una noche, en Cemento, los punks nos acosaron. Grave equivocación. Los guachos de Piedrabuena y Celina los fajaron a piñas y cuchillazos. Vaaamos vieejas loo, vaaamos vieejas loo, vaaamos vieejas looo, vaaamos vieejas loo, vieeejas looocas es un sentimieeeento, no se expliiica, se lleva bieen adeeeentro, y por eeso te siiigo a doonde seea, vieejas looocas haasta queee meee mueeera...
***
Un sábado a la tarde en 1990 estábamos armando un partido en la cancha del colegio y nos faltaban jugadores. Nos metimos en el barrio (Piedrabuena) para buscar gente. Lo cruzamos a Pity. Hacía dos años que lo habían echado y no lo veíamos casi nunca, al menos no yo, que, como vivía en Celina, no era su vecino como otros de mis compañeros (la mayoría de Piedrabuena y Lugano). Nos acercamos: estaba re puesto, mal. Me dijo, con tristeza: Chorza, mi abuela se murió. Después agregó: Quiero conseguir la cabeza y ponerla en la mesita de luz. Yo no le dije nada, no lo tomé en serio. Pity siempre decía cosas como esas. Además estaba dado vuelta. Pero lo que me estaba contando era verdad, él quería hacer eso. Tiempo después, en una entrevista que salió publicada en Clarín, dijo:
“Yo tenía una abuela que quería mucho. Un día hicimos un pacto: Ella me pidió que cuando muriera yo hiciese un velador con su cráneo; a cambio le pedí que mandara una señal desde el más allá. Murió y yo no cumplí. Porque era menor y no me dejaban retirar sus restos. Ella sí cumplió.”
***
Una tarde vino a mi casa, en Villa Celina. Arregló un montón de cosas, incluido un ventilador que no me andaba desde hacía tiempo.

Hace años que no nos vemos.



22 comentarios:

Tatiana dijo...

Oh!
increible post

g. dijo...

Im-pre-sio-nan-te. Cuando lo lean mis hermanos se mueren.

Unknown dijo...

este texto me cambió el día. Buenísimo.

Loyds dijo...

que buena familia me tocó
y muy buenos amigos pude encontrar
no sé si fue casualidad
pero creo que tuve mucha suerte
no es fácil cruzarse con gente
con tanta onda conectada a tan loca frecuencia
es que un amigo es un hermano
un maestro es parte de mi pasado

(intoxicados, reggae para los amigos, chorza incluido)

Diego dijo...

Impresionante crónica.

Anónimo dijo...

Este relato acresenta más el mito: "arreglo un montón de cosas..."

L. dijo...

Muy bueno. Lo vi a pity en tilcara, junto a babasónicousss. Él tocaba antes, y primero los bardeó y después subió a cantar con ellos. Un divino.

Anónimo dijo...

el pity tiene eso de personaje border y mente agudisima.
a veces me da lastima que el personaje -que debe tener mucho de realidad- se coma tanto su brillantez.
es increíble como en el círculo del rock es tan respetado, entre el público de otro tipo de música.

sus discos son fenomenales, y yo no consumo ese tipo de rock and roll, pero sale algo de intoxicados y vuelo a lo de mi primo a escuchar. tiene una maravillosa habilidad para captar la realidad social. es una lastima que se haga asi de mierda...

me gusto mucho leerte, despues de tanto tiempo
saludos!

Lord dijo...

que pibe bravo Pity. no soy fan de Viejas Locas ni de Intoxicados, ni suelo escuchar eso que llaman -con necesidad de etiquetar- rock barrial.
pero tengo una pasión particular por Pity. ni sé porque.
supongo que por es un gran hacedor de canciones, grande de los grandes.
lo escucho triste y mal (hace un tiempo en un reportaje, a las 12 de la noche, por la Rock & Pop, por ejemplo).
la historia de la abuela y su dolor debe explicar, al menos en parte, esa tristeza.

el capitán beto dijo...

que grande el pity

salud y buenos alimentos

EmmaPeel dijo...

se acrecientan los mitos de Celina,
buenísimo

P.D. Mumra por los thundercats? yo era Chitara en coburza!

Anónimo dijo...

Hola que tal viejas??? weno la verdad pase por aca mas temprano y me impresiono lo que leí el pity un groso Viejas Locas mi vida, ahora el chabon sigue sonando en su banda intoxicados la verdad q es un groso total, yo no lo conosco mucho, de hecho lo vi solo 2 veces en persona osea de frente, en el bar de boedo, un groso siempre copado, cuando lo vi entrar por primera vez estaba con un monton de cd´s en la mano con su bincha y sus pelos re locos, se me levantó una sonrisa que me iba de un ojo al otro en cuanto dejo de saludar a sus amigos del bar fui y lo salude pityyy pityyy le dije y me dijo hola, le dije q era un groso y me dijo gracias y me dio la mano, recuerdo aun su cara, estaba muy loco el chabon pero aun asi, esa es la magia q tiene el =D
Y por lo que lei el se fue al reconquista de boedo, a ese colegio voy yo ahora =D jejeje voy a preguntarle a director si conoce a cristian alvarez y si lo tienen me voy a poner muy feliz pq voy al colegio q fue uno de los mas grosos en mi vida dsps de los stones.

Weno suerte viejas...

llvllaTy_StoNe

Anónimo dijo...

impresionante la historia .. la verdad qe bien grossa!
me gustaria hablar con el pity...
todo el mundo me dice qe es una gran persona..! aunqe no lo dudo porqe cuando lo conoci nos trato muy bien a mis amigos y ami por supuesto.. pero no cruzamos muchas palabras salvo qe me dijo:qe grosso tu verde! (por mi cabeza teñida!) pero despues la gente .. se hace imposible entablar una conversacion.. pero no pierdo las esperanzas..!
muchas gracias por ayudarnos a acceder un poqito mas en lo qe es la vida del sr cristian alvarez..!
un genio!
EL ULTIMO ROCKERO!!!

Anónimo dijo...

holas sabes me re gusto tu historia lokko soy re fana del pity , es un idolo un poeta y la verdad ke ,ke buena suerte de ke hayas conocido a un tipo tan groso como el ....... aguanten las viejaas no murieron siguen aki ...... intoxicados es su resurreccion .... amen el rock and roll ke eso se lleva en la sangre chabon ....
nos vemos.... soy yeye de tucuman

Anónimo dijo...

Muchas gracias a todos!
saludos

Anónimo dijo...

la verdad que cunado leo los recuerdos de tu infancia con pity se me pone la piel de gallina porque el tipo es un mito viviente me encantaria concer a cristian y poder charlar un rato me encanta su forma de ser ojala se de........soy rodrigo de villa corina mi mail es rodrigo_87@hotmail.com

Anónimo dijo...

PiitY un Gramdeèè.
AlTaàà biiOgrafiiaaààà.
ZaàrPaàDaààs HiisToriiaààs MààL.
SaàLuDiiToòòs.

SL dijo...

guachi, no quiero tener que ir a sacarte de devoto por corrupción de menores

Anónimo dijo...

ja, esperemos que no, que no tengas que hacerlo. abrazo

gracias nanita!

Martín H dijo...

un groso pity!

saludos
m

Anónimo dijo...

MATI_STONE

AJAJAJJAJA

GRANDE PELUCHE!!!!!!!!!!!!

llvllaTy_StoNe dijo...

soy rockero matias, y soy un hacker.