viernes, octubre 27, 2006

Las galerías vaginales























Camina, bichito, el aspecto central de la noche
que desborda sin fin la ciudad,
chupa la cumbre mamilar desde abajo,
barbudo vigía en el triángulo
que asoma su baba vegetativa
por la puerta del cuerpo gótico
que llega cuadrúpedo en la bajada,
pisando adoquines de cementerio,
barrenando olas de gente muerta,
piedra tras piedra noxa bajo la lluvia de estrógenos,
paso tras paso noxalis en el moco cervical,
ssssssssssss en largo vuelo,
ssssssssssss en flujo magnético,
ssssssssssssustancia dentro de mis ojos,
ssssssssssssumados podemos llegar al fondo
del núcleo central de la enajenada
donde se acaban los dibujos,
los sueños brutales que retumban las esquinas,
que nada es obstáculo, nada es viraje,
en las entrañas de una orquesta delirante
acompasada en estómagos cardenales
de tambores carnales
que marcan ritmo a nuestros corazones
enamorados,
vivitos y coleando en la enramada física
de una oscuridad húmeda y cinética,
donde somos fantasmas eléctricos,
bichos y menos hombres,
perros y menos artistas,
caminantes y menos ciudadanos,
un paso tras paso en la cama de pasto
que traga la materia en pozo ciego
y quema con fuego nuclear de hipotálamo
la violencia que siempre vive viento
en popa de carne de trígono
a través de nidos y radianes en banda,
en la aceleración angular
de las galerías vaginales, sin conciencia,
como puros planos del orgasmo
y el origen que la conversación
y su conservación, que la romanización y su armonización,
que el desamparador y su desparramo nos devuelve
cuanto antes, mi amor, al corazón de la especie.

5 comentarios:

EmmaPeel dijo...

palmetas aplaudidoras Juan!
intensamente lindo

Anónimo dijo...

es éste el experimento previo a tomarse el 92?

Anónimo dijo...

gracias emma!

no, maya, ese era otro.

besos

Anónimo dijo...

qué

bu

e

n

oh!

Anónimo dijo...

epa che...
donde somos fantasmas eléctricos
se repite y se repite