1950
Miércoles, 28 de junio.
Borges llegó ayer de Tucumán. Contó que, recorriendo la ciudad con unos profesores, llegaron a un triste barrio de ranchos de paja (…). Uno de los profesores dijo: "Este barrio es muy peligroso. Hay muchos malevos", y aclaró que no había verdadero peligro de ser atacado por ladrones o asesinos, sino por homosexuales. "Todos los malevos son homosexuales". Ante la sorpresa de Borges, el doctor explicó: "La bicicleta excita al malevo. El movimiento, usted comprende. Además, el malevaje es muy inclinado al ciclismo. Si uno va en bicicleta y ve a otro de a pie, se ofrece a llevarlo. Los dos se excitan, dejan la bicicleta… Una vez, con el doctor X, vimos a dos malevos en una acequia. El doctor dijo: 'No hay por qué escandalizarse. Total a todos nos gusta'".
1953
Domingo, 1 de noviembre.
Hablo con Borges. Ayer estuvo en casa de Ricardo Rojas, con la comisión de la Sociedad de Escritores; había allí mucha gente, que iba a saludar a Rojas, porque se cumple el cincuentenario de la publicación de su primer libro. Borges: "La casa parece un museo: un museo dedicado a él mismo. En vitrinas había ejemplares de sus libros. En marcos, páginas de Caras y Caretas, con uno de sus sonetos. Lisa Lenson [Luisa Mercedes Levinson] se dio cuenta de que todo eso era un poco raro". Bioy: "Se dio cuenta porque sabe que Ricardo Rojas es un viejo ridículo". Borges: "Tenés razón. Tal vez todos propendan a eso, pero Ricardo Rojas dispone de más materia prima. Yo pensaba: qué rico es Buenos Aires; pensar que a dos cuadras de esa casa estaba la tuya, y a dos cuadras la de Xul [Solar]. No es extraño que esa gente coexista en el espacio, sino en el tiempo". Bioy: "¿Estaba Palacios?". Borges: "Sí, es claro". Bioy: "¿Se confundieron en un abrazo y quedaron contentados?". Borges: "Debían haber peleado. Es gente del tiempo de los gauchos con barba y galera. Había una gran biblioteca y yo pensaba: 'Tal vez no haya un solo libro que se pueda leer. Puro Martí; o ni siquiera Martí, González Arrili'. La casa tiene un patio andaluz, con adornitos incásicos: Ollantay. Qué raro que Victoria [Ocampo] estuviera allí. Es un descenso". Bioy: "No. Es el descenso de la reina a las galerías de los mineros galeses". Borges: "Tenés razón: aquello era muy oscuro. Le di la mano y comprendí que había cometido una gaffe. Había que abrazarlo. ¿Te das cuenta? Abrazarlo porque hace cincuenta años que publicó un libro del que debería avergonzarse. ¿Viste los sonetos que publicó hoy en La Nación? Son pésimos. La gente dice que son malos porque son grandilocuentes. Es difícil ser grandilocuente: hay que saber serlo. Este lo es del modo más sonso, acumulando palabras como sublime".
1956
Martes, 12 de junio.
Conversación telefónica con Borges. Giusti le dijo: "Lástima las ejecuciones. Quién sabe lo que van a pensar en México". Borges comenta: "Es la interpretación escénica de la Historia. Qué importa lo que piensen en México. Hay que hacer lo que es justo hacer". (Se refiere a los fusilamientos tras el levantamiento del general Juan J. Valle, el 9 de junio).
Sábado, 18 de agosto.
Comen en casa Borges y [José] Bianco. Borges comenta el discurso de Aramburu, en Salta. Dice que lo aplaudieron mucho cuando declaró que los militares no debían gobernar. Borges: "Este aplauso: ¿no es una gaffe? ¿Cómo aplaudir su opinión sin sugerir que él, como militar, no debe estar en el Gobierno?". Evidentemente, el lenguaje de los aplausos es demasiado tosco para expresar tales matices. Le conté que los bolivianos (según la fama) responden los vivas o mueras con el grito de "¿Por qué no?". Borges se rió mucho y propuso otras fórmulas para muchedumbres: "Tal vez" o "Hipótesis atendible". También dijo: "Parece que un general, que estaba conspirando, se alegró mucho cuando un general lo arrestó. Aspiraba a ir a la presidencia; ahora va a la cárcel, muy contento porque tuvieron la atención de mandarle un general. Qué suerte que sea un imbécil". En el Buenos Aires Herald dicen que este fiero general estaba borracho cuando lo apresaron; alguien, que lo conocía, observó: "Ha de ser cierto. Se emborrachó para sacarse el miedo". Borges: "A lo mejor va a seguir contento cuando lo fusilen. Aunque no lo fusilarán: esos fusilamientos han puesto tan triste a todo el mundo. Antes no se fusilaba, solamente se torturaba".
Miércoles, 18 de julio.
Me habla la madre de Borges: Martínez Estrada atacó a Borges, llamándolo "turiferario, vendido y envilecido", porque ha elogiado al Gobierno. Se queja, con orgullo, de su pobreza, que le impide fumar… Parece que Borges piensa contestar impersonalmente, con respeto por el escritor. ¿Por qué esa ficción, si sabe que es un hombre equivocado y tortuoso?
Lunes, 8 de octubre.
(...)Hablamos de la Semana de la calle Callao, que ahora se cumple. Borges: "Qué idiotez esto de la Semana de la calle Callao. Qué difícil entusiasmarse. Todo empezó con los Amigos de la calle Florida. ¿Cómo no se dieron cuenta de que después iba a haber amigos de todas las calles?".
Miércoles, 12 de diciembre.
Habló de Roberto Arlt: "Era muy ingenuo. Se dejaba engañar por cualquier plan, por descabellado que fuera, para ganar mucha plata, a condición de que hubiera en él algo deshonesto. Por ejemplo, se interesó en el proyecto de instalar una feria para rematar caballos, en Avellaneda. El verdadero negocio consistiría en que clandestinamente cortarían las colas de los caballos, venderían la cerda y ganarían millones. Un negocio adicional: con las costras de las mataduras del lomo fabricarían un insecticida infalible. Era comunista: se entusiasmó con la idea de organizar una gran cadena nacional de prostíbulos, que costearían la revolución social. Era un malevo desagradable, extraordinariamente inculto. Hablábamos una noche con Ricardo Güiraldes y con Evar Méndez de un posible título para una revista. Arlt, con su voz tosca y extranjera, preguntó: '¿Por qué no le ponen El Cocodrilo? Ja, ja'. En Crítica estuvo dos días y lo echaron porque no servía para nada. No sabía hacer absolutamente nada. Me explicaron que sólo en El Mundo supieron aprovecharlo. Le encargaban cualquier cosa y después daban las páginas a otro para que las reescribiera. Dicen que reuniendo sus aguafuertes porteñas, que son trescientas y pico, podría hacerse un libro extraordinario. Imaginate lo que será eso. Las escribía todos los días, sobre lo primero que se le presentaba. Menos mal que algún otro las reescribió. Me aseguran que después se cultivó, leyó a Faulkner y todo eso lo demostró en un artículo de dos páginas, algo magnífico, en que estaba todo. Sobre la crisis de la novela: qué título. Ya te podés imaginar la idiotez que sería eso. Lo que pasa, según Arlt, es que la gente no comprende lo que es la novela, por eso hay crisis de novelas. En la novela cada personaje debe tener un destino claro, como el destino del tigre es matar. ¿Te das cuenta? Tiene que valerse de un animal para significar la sencillez del destino. Más que personajes describiría muñecos". De Ricardo Molinari dijo: "Amenazó con no seguir escribiendo si no le daban el premio de poesía. Si no le daban el premio, ya verían, él se declararía en huelga y todo el mundo saldría perjudicado". De Guillermo de Torre dijo: "Recorrió América. No trae de todo el viaje una experiencia memorable, una frase quotable (citable). Mero énfasis. ¿Se interesó por el papiamento? No. Visitó la Casa de España y el Centro de Profesores. Unicamente trajo esta observación sobre [Alfonso] Reyes, no sé si memorable: Se ha dejado crecer la barba. Como es de estatura tan baja, parece un gnomo".
1957
Viernes, 14 de junio.
Borges me refiere: "Durante la comida, continuamente Manuel Mujica Láinez venía de su asiento a nuestra parte de la mesa. El propósito de estos viajes, que Mujica no ocultó, era tocar la nuca de un muchacho que lo emocionaba. 'Se parece a Belgrano', exclamó Mujica Láinez. '¿Usted, Manucho, admira a Belgrano?', preguntó Wally Zenner. '¿Cómo no voy a admirarlo? -replicó-: con esos muslos y con esas caderas'". Borges comentó: "Va Manucho al Museo de Luján y todas las antiguallas reviven. Manucho no mira los cuadros fríamente; es un contemporáneo de lo que está mirando".
Lunes, 2 de septiembre.
Me refiere que Miguel, su sobrino, compró en estos días una biografía de Gardel, de quien es muy devoto. "Ay -exclamó Miguel-, qué golpe. Se llamaba Gardez y había nacido en Provenza". Borges: "Le contesté que hubiera sido peor que fuera bávaro, o belga, o suizo; que uno pudiera preguntarle: ¿De qué cantón es usted?". Bioy: "Sin duda il roulait les erres (en alusión a cómo pronuncian la erre en el sur de Francia)". Borges: "Nunca lo vi. Una vez fui con Mastronardi a un cinematógrafo, a ver La batida, con George Bancroft; anunciaron que Gardel iba a cantar al final: nos fuimos sin oírlo, porque no queríamos que el efecto del film se nos arruinara". Yo dije, y mi padre confirmó, que durante mucho tiempo Gardel cantó vestido de gaucho. Era la época de Gardel-Razzano. Mi padre: "De aspecto, Razzano, a pesar de las dos zetas, era un poco mejor". Borges: "La cara de Gardel era la típica cara del otario. Malevo, sí, pero malevo soso. Quien tenía ese mismo tipo de cara, estúpida y abundante era Florencio Sánchez. Una vez, por cuestiones políticas, detuvieron a un grupo de personas, entre las que estaba Florencio Sánchez. El vigilante lo miró y le dijo: 'Vos no. Tenés demasiada cara de otario'". Bioy: "A mí, Gardel nunca me gustó mucho como cantor de tangos. Lo vi y no me dejó ningún buen recuerdo; más me gustaron Azucena Maizani, Sofía Bozán, Rosita Quiroga. De los cantores de antes me gustaba Alberto Vila: cantaba admirablemente Agua florida. Hablamos de la posibilidad de hacer una biografía de Gardel, en la que se dijeran cosas inconvenientes, como sin darse cuenta (que era provenzal, un troubadour, que se llamaba Gardez, que era el zorzal francouruguayo, etcétera)". (…)
Jueves, 26 de septiembre. Hablamos del film sobre Martín Fierro. Borges: "Podríamos empezar un poco antes que el poema". Bioy: "Las escenas de felicidad, con la china, y cada cual levantándose de mañana a buscar su caballo, en un film nacional, pueden ser muy tontas". Borges: "Los versos son lindos, pero la escena… es casi la granja modelo. Una solución, serían los dibujos animados". Mi padre: "Es claro: 'Venía la carne con cuero, / la sabrosa carbonada y se la ve avanzar por sus propios medios'". Borges: "Se ve a Fierro como un gallo montado en un chancho. Otro problema son los indios". Bioy: "Aunque el país está lleno de gente aindiada, en nuestro film se les verá el tizne". Borges: "Petrone dijo: 'Hay que mostrarlos como sombras'". Bioy: "La vida en la frontera, será, entonces, una vida ociosa". Borges: "O si no podemos sugerir que todo lo importante ocurre en los márgenes de la pantalla. 'Voy a pelear con los indios'. 'Vengo de pelear con los indios'". Silvina: "Para indio tienen a Susana Bombal. Martínez Estrada sirve para Martín Fierro". Borges: "Para Cruz no sabríamos por quién decidirnos. ¿[Los editores Gonzalo] Losada o [de Sudamericana, Antoni] López Llausás?". Bioy: "Podrían aprovecharse los pieles rojas de una película norteamericana". Borges: "Es claro. Hacer una suerte de centón. Tal vez convendrían más los esquimales, porque la gente no los reconocería como pieles rojas. Para el Viejo Vizcacha -el personaje filosófico que interesa a Petrone, ¡qué idea de la filosofía!- habrá algún putito de la Sade. Y con Sábato, ¿qué hacemos? Me han dicho que está pobrísimo. Traté de compadecerlo pero no puedo: es difícil compadecerse de Sábato". Silvina: "¿Y qué tal es, como persona, Petrone? ¿Es antipático?". Borges: "Antipático, no, pero la conversación con él está llena de desencuentros. En realidad, va a ser muy difícil de hacer el film. Pensá: cuando se vea el ejército, la bandera argentina, y la gente tratando de huir para que no la enganchen. Va a parecer un ataque contra el ejército, en favor del Descamisado…".Bioy: "La posibilidad está en el libro". Borges: "Habría que mostrarlo a Fierro como a un hombre a quien el azar de las circunstancias va convirtiendo en criminal y después se le descorre el velo, comprende lo atroz de su destino y habla. Un personaje de Bernard Shaw es nuestra única posibilidad. Los consejos que da, entonces, deben ser verdaderos, no como los que da el libro, tan de ocasión. De todos modos, no veo cómo vamos a evitar que se vea ese destino como el de un peronista perseguido por la sociedad y el ejército: se verá al ejército en un mal papel y se pensará que es un ataque al ejército de hoy". Bioy: "Habría que mostrarlo en un mundo tan duro que no se tome como metáfora de otro". Borges: "Sería un mundo muy duro". Bioy: "Mostrar un destino individual. Como en las novelas de Faulkner". Borges: "Sí, hechos que ocurrieron una sola vez; esa sola vez".
1958
Sábado, 2 de julio.
Leemos cuentos para el concurso. Borges: "Cuántas formas del error". De un cuento: "Con qué minuciosidad y complejidad explica cosas desprovistas de toda importancia".
1960
Domingo, 6 de noviembre.
Come en casa Borges. (…) Dice: "Strindberg es pésimo. ¿Cómo pueden compararlo con Ibsen? Una vez, Strindberg publicó la descripción de un almuerzo; su anfitrión, desesperado por el retrato que de él se presentaba, se suicidó. Es que un artista no se resigna a contar exactamente cómo fue un almuerzo en una casa burguesa. Inventa algo". (…)
Sábado, 31 de diciembre.
Come en casa Borges. Brindamos con champagne. Después de comer, Borges y yo vamos a la ventana de la sala de Silvina, a esperar las doce. Borges: "Esperamos algo que no sabemos bien en qué consiste". Miro los árboles y los senderos de la plaza, la estatua de Alvear y pienso en la máquina del tiempo de Wells y en que todos somos unas máquinas de tiempo de vuelo de ave de corral. "Qué raro -comenta Borges- que en tantos años como viví no hubiera un momento en que yo haya estado más adelante en el futuro que ahora".
Puede leerse más en http://sololiteratura.com/arlt/arlteldiario.htm
1 comentario:
Lina, gracias por la visita.
Qué buenas reuniones las del potrero, eh?
A medida que pasa el tiempo la imagen de ese grupo parece tener mayor envergadura.
saludos
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