estaba en una ciudad desconocida, un día tormentoso, con viento, sin lluvia, las calles eran tan angostas que sólo podían ser recorridas por una persona a la vez. Me interné en un pasillo. De pronto, oí el grito de un hombre, proveniente del interior de una de las casas -todas amarillas- que delimitaban el sendero empedrado. Me acerqué a la ventana y miré: en la sala había una nena adentro de un círculo de fuego; encima de ella un hombre, aparentemente dormido, levitaba en posición vertical y con la cabeza hacia abajo. Mientras observaba estupefacto la escena, la nena, pelo largo, larguísimo castaño, piel blanca salpicada por un cielo de lunares, giró suavemente, en cámara lenta sofocante, y me miró con ojos rojos anaranjados por el fuego que la cercaba. Me dijo, con voz delicadísima:
—Entrá a la casa.
Me desperté y ahora publico entradas.
*A veces es peor el remedio que la enfermedad. Casi siempre, mejor no decir nada, hay demasiadas palabras que se usan así nomás. Lo que querés oír, te lo inventás y lo tenés, la música es de aquellos que la quieran escuchar y de nadie más. Es benigna, y la mierda que tenés en la cabeza tiene que ser muy digna porque sino sobrás entre las armonías.
AC
Rexistencia 3 ---------------------------------------------------
7 comentarios:
comiste Rex? mirá que si estás en ayunas el sueño se cumple...a menos que quieras eso...no sé si estaría tan mal.
Estuve muchas horas en ayunas...
entonces preparate para conocer a la niña.
me puse blog, viste?
te mando un saludo.
me gusta el final abierto, en general todas las historias tienden a cerrarse, porqué la necesidad de contar todo?
bien rex.
por más ayunas!
Mis saludos
Lale: bienvenida al extraño mundo de Blog.
Lina: El antiguo estilo vive en el nuevo estilo. Seguro.
Hantártico: Gracias. Y sí, mejor los finales abiertos y la multiplicación de los sentidos.
eh, juan, soñaste con carrie !
No Paula, con Carrie soñé otra noche diferente, y era yo, y mataba a todos. Copaaado.
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