miércoles, octubre 24, 2007

Otra vez en la chupadora y a otra cosa mariposa. El tricoco y los carpelos caían del techo como si fueran frutas. De pronto, vi luces finitas que atravesaban las piedras. Se apagaba la luz, se prendía la luz, se apagaba la luz, se prendía la luz, para el polínico por favor adelante, no se detenga antes de la sartura muy lejos. El mareo hacía saporatus en la cabeza y daba vuelta como una tortilla. Habrán revuelto la nocturnidad del subsuelo me hizo un pogo tras otro y ya no lo aguantaba; para colmo las ratas se venían encima y cada vez eran más grandes, más pravus.

Sensaciones copadas me recorrían el cuerpo. El tubo criboso y la transferencia tiraban mil baldazos de la pasta macrófila, mucha pasta y mucha tripa y un corazón re viajado. No puedo decirlo bien, porque no recuerdo tanto, pero hay algo que era cierto: había llegado a ese lugar donde el túnel se abría en varios más ¿y cuál, cuál me convenía?

No hay comentarios.: