El túnel soplaba su fiebre y su protostela, pero yo tum tum tum, yo tum tum tum, iba a bailar el rock del rico Luna Park en el campito con mis amigos y el verano ondulante me iba a convertir en mosquito, tum tum tum, tum tum tum, volaría las noches para chuparle la sangre y la musiquita a cada pibe de Celina, hasta que el falsiforme se rompiera y mis lóbulos se fundieran y toda la masa hepática llegara como huracán a la boca, y así no iba a poder más y al fin eructaría las tripas y hasta el alma infantil y los extranjeros de mi poesía Matanza, de los versos túneles, de Giribone y Ugarte.
Y escuché dos cuetazos y después dos más y la estructura tubular pareció desmoronarse. Entre hueso y hueso, llegué al clamor que ahora era trinchera llena de pibes con gorritas y pantalones de gimnasia; eh piskuí, me dijo uno, qué hacé, y yo le respondí qué hacé qué-
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