viernes, septiembre 28, 2007

El arrebato

Una chica que no tenía presente por lo tímida
se mantuvo un tiempo escondida viviendo de pelusas
en el ambiente cerebral más recóndito,
ni siquiera el perro podía encontrarla.

Una ventana abierta provocó la catástrofe;
las ráfagas prendieron el incendio y ahora
la casa completa arde por la fuerza
de aquellos calores diminutos que saltaron renglones
comiendo a mis espaldas, una boca de lobo,
colmillos en punta; la chica en la oscuridad
detrás de mis actividades domésticas.

No se puede parar su verborragia;
las llamas dan manotazos hasta el techo,
queman jardines enteros de mis flores de papel,
deshacen agendas, borran libretas, derriten
los nombres archivados de miles de personas.
Ya no queda ninguno,
a todas las fotos les borró la sonrisa
su energía, puede mover el mundo
como el amor, la religión o la guerra.

Me llama por mi nombre compuesto
porque ella adora el dos como cualquier occidental.
Juan Diego, me dice, no muevas un dedo para apagarlo,
es como remar contra la corriente;
con dos –siempre dos- dedos de frente
te das cuenta que las apariencias engañan.
Juan Diego, me dice, cuando las casas
se despegan del suelo y todos mueren
en la hoguera donde confluyen los estilos,
mojate en la desgracia;
entre mis piernas el fuego refresca como el agua,
sus caminos interiores empedrados
de brasas enfriarían hasta el sol,
es una lámpara pequeña
capaz de iluminar el purgatorio.

De los superhéroes reunidos por estantes
sólo quedan cenizas de las capas.
Del aire de los pulmones que dijeron
tantas expresiones
sólo queda esta canción pseudocoloquial
que digo ahora cuando cruza la cordillera,
cuando cruza los mares la loca,
la maldita que brilla por más que la vistan de luto,
la creciente de un río de veneno,
la diosa de los hijos sensibles del capitalismo.


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por JDI
poedición: Paula.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantó (muchísimo) Juan!
Besote

sol dijo...

qué-lindo- juan!!!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

gracias a las
¡¡dos!!

Anónimo dijo...

me parece buenísimo

principio de incertidumbre dijo...

me gustó sobre todo esto:

la casa completa arde por la fuerza
de aquellos calores diminutos que saltaron renglones



Esa chica bien podría ser uno de los cuadros de Mark Ryden que siempre ponés acá o en el interpretador.

O sea, me encantó.

Anónimo dijo...

gracias andrés! gracias principio de incertidumbre!!!