jueves, septiembre 20, 2007

formaciones al compás de los bombos de las unidades básicas
redoblantes de las bandas de rock más peleadores que si fueran
buenos federales como ellos que vienen a pisar los jardines--
pasa la comparsa y todo lo que veo me resulta fantasía
porque yo no soy más que un chico de la mano de mi madre
atrás de los tapiales apenas iluminados por los faroles de Larre
que alargan las sombras de los pasistas hasta las banquinas de pasto
donde perros devotos ladran al cielo perseguido por la tormenta
al final del campito de los pampas que enterraron a Ramos Mejía
secretamente
al comienzo de las cuadras de matricerías y talleres
abandonados desde que llegó la importación-
conmueve ver el baile en la vieja calle industrial
los chicos de Las Achiras vienen con la murga del Sur
las pandillas de Villa Lucero malvón rojo en el bajo verano
retumban la cresta del basural de mi carne
donde humean los deshechos imperialistas
el alma de la ciudad
y de la boca de los túneles escapan ratones y vuelan vampiros
-pinchando venas a la burguesía
cruzan la autopista y desatan la violencia
armados con bombitas de agua y espuma de la rabia
implacables en el avance como camiones por la Richieri
mueven las manos frenéticamente y galopan como caudillos
esta montonera sobre piernitas mal alimentadas
que patea cualquier cosa que se cruce en su camino
en competencia con el desfile emplumado de la calle—
pobres pero poderosos
en torno a las lonas pintadas de Viva Perón que se contraen
por los golpes de los murgueros
y los primeros truenos
que sueltan la lluvia sobre la avenida Boulogne Sur Mer-
miren el desbande en el barro
allá se van en todas direcciones
antes los vimos torturados en los galpones de Camino de Cintura
fusilados en los potreros atrás del Mercado Central--
es el cardo lo que crece en las comisarías de Madero
es el olor de la orina lo que corre en el Matanza--
miren allá donde le salió la viuda al gomero
las hormigas de colores voladas en las hojas
por la calle muerta que está llena de autos quemados
van y vienen por los barrios bustos que el tiempo borró sus caras-
la calle muerta está llena de turcos quemados como San Emilio-
los que se ahogaban en el río empujados por los gendarmes
tarareando aires que los perros del campito todavía tragan
de esa carne hinchada se levantaron con el calor
vaciaron las villas y llenaron camiones los punteros
para saquear supermercados en diciembre—
cabecita negra de la Virgen de Luján
entre balas perdidas yo no soy más que un chico
de la mano del carnaval--
que me llamen volador si sé volar (1)
si sé pelear que me llamen hijo.


(1)Sobre un verso de Zona, de Apollinaire.

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