
Estaba en el fondo del abismo, esperando que el infierno se dignara a devolverme y se acabara el intercipio, escuchando la melodía que decía ¿estás bien?, ¿estás bien?, y si tan sólo hubiera tragado algo de substantia o puesto la sandía en remojo, pero estaba seco y sin remedio, ¡¿y en qué mierda estabas pensando?!, y hubiera dado cualquier cosa por recordar una parte del lenguaje y no parecer tan imbécil, tan mudo, y sentía que me quebraban la espalda y que me ardía el orto, y esto ya era un caso perdido y no sé para qué mierda me entrenaba tanto y hacía siempre la gimnasia si ahora estaba muerto y emollitus y no podía contestar la canción, que insistía ¿estás bien?, y yo quería hablarle y quizá responderle no te das cuenta que estoy hecho mierda, que no existo, puta del orto, pero jamás la hubiera tratado así. ¡¿En qué mierda estabas pensando?! Le hubiera dicho no sabía que vivíamos en la misma cuadra, amor, luna, bombón, me gustaría chuparte el culo hasta reventar, y cómo carajo se te ocurre hablarle con ese tono, y la verdad, si hubiera recobrado el uso de la boca, no hubiera sabido cómo actuar, y escuché ¿estás bien?, y no sabés decir otra cosa, lechuza infeliz, y en un milagroso acontecimiento de la naturaleza por fin le pude contestar y le dije sí, estoy muy bien, chica gótica, y haciéndome el canchero, le guiñé un ojo, y entonces la nena puso una sonrisa cruda tan linda, y para qué, para qué mierda me entrenaba tanto y hacía la gimnasia si no podía aguantar un poquito. El pozo negro de la concha de la conciencia me tragó definitivamente como si yo fuera su pija más preciada.
Otra vez deambulé en la zona desconocida, convencido de que al volver la chica gótica, harta seguramente de mi idiotez y mis desmayos, ya habría desaparecido y escapado con iracundia para su casa. Penosamente me agarró el estado nostalgia de futuro y perdido en la negrura no pude contener el effleo y la tristitia y casi me aplaco, pero con ímpetu interior hice fuerza sobrehumana para encontrar perseverancia y lograr de una vez por todas salir de ese pozo mal parido y correr hacia donde fuera necesario y recuperar a la chica, y felizmente lo logré y pude abrir los ojos, pero no hizo falta correr a ningún lado porque sorpresivamente ella seguía ahí, sosteniéndome la nuca y abriendo graciosamente la flor de sus labios pintaditos de negro para decirme incansablemente su sanata: ¿estás bien?. Gracias, le dije, y disculpá mi estado, pero no todos los días voy al cielo y creo que me apuné.
8 comentarios:
che, juan, me encantó.
che, juan, me encantó.
Gracias!
che juan,
me enamoraste
inquietante!
tu nombre agrega palpitaciones, pulpita.
Regio, rexius...
bestezuela del asfalto que enamoras!
I like it! Keep up the good work. Thanks for sharing this wonderful site with us.
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que gente tonta.
luego d leer grandes escritores como kafka, terminar acá...
EL TENDRIA QUE LLAMARSE:
ENAMORARNDONENASBOBAS.BLOGSPOT.COM
chicos: lean cosas que tengan valor literario...porfavorrrr!!!
así estamos.
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