jueves, enero 10, 2008

Masa de aire frío, masa de aire caliente

Qué suerte. En diciembre vendí varios objetos maravillosos y ahora subí en la escala social, porque al turbito viejo, lo pude cambiar por un ventilador de pie que tira mucho más. Me lo compré ayer en Carrefour. Habrá que seguir vendiendo anillos nomás, hasta conseguir el aire acondicionado, un sueño casi como de casa propia. Ojo, igual no me quejo, ni del alquiler, ni del ventilador, que es una masa, que me sopla la nuca mientras escribo mi nuevo cuento, un cuento de fútbol:

"Dicen que no hay mal que por bien no venga. Por eso pensamos que lo mejor era elegir el terreno más complicado, para sacarle mayor ventaja, ya que igual a todos los potreros los conocíamos de memoria y nuestros rivales no, así que nos decidimos por la parcela que estaba pegada a la calle muerta. Esa cancha era el mapa físico de la Argentina. Tenía todos los accidentes geográficos habidos y por haber.

Cerca de un lateral —que pintamos con cal— corría una zanja podrida que desembocaba en un pantano al borde de un área, y sobre un costado, entre el corner y el otro área, interrumpía un árbol, uno de copa chica, pero de tronco grueso. Con el tiempo, supimos usarlo bien. Al principio, era una ventaja para el equipo que defendía, porque los tiros cruzados le rebotaban y parecía que no había centros que pudieran con él, pero con el paso del tiempo los delanteros le agarraron la mano. El Chavo, por citar un caso, le tiraba paredes y no sólo eso: una vez, le embocó la pelota a una rama con toda su fuerza y el tiro se desvió tan bien que terminó en gol. Me acuerdo como si fuera hoy. Para joder, fuimos corriendo hasta el árbol, le abrazamos el tronco y lo felicitamos por la conquista. A partir de ese día, sus partidos como defensor se acabaron y los pibes lo bautizamos “nueve pescador”."

"El sudoeste", Fragmento.

10 comentarios:

Mari Pops dijo...

juan disculpeme pero lo de los anillos nolo capto. Ud, vende anillos??? expliqueme eso?

Anónimo dijo...

sí, poppins, ja, me da gracia lo de "no lo capto". efectivamente, vendo anillos y algunos otros objetos por bares y plazas.
besos

morgana dijo...

jd, le confieso una debilidá. Adoro los cuentos en cuotas (dos diptongos... otra cosa que adoro junto con las esdrújulas).
Y como tengo almita de penélope, me siento aquí a esperar.
El fulbo no es algo que me apasiona ni mucho menos pero coincidentemente leí hace nada un librito (recuerda que menciono en una entrada a Subjuntivo y al Catcher?)de Sasturain y ahora otro más de él, donde el futbol tiene una presencia muy fuerte y la verdad, le estoy empezando a tomar cariño.

Saludos a jael, no me lo deje abandonado se lo pido por favor.

(en breve me comunico con Sonia de tamarindo para tener algún objeto maravilloso en mi cocina inconclusa)

Anónimo dijo...

gracias morgana!, sos adorable.
.este pasaje no es el ppio del cuento, es de la tercera página, no lo voy a poder postear todo porque lo estoy escribiendo para una antología, pero el folletín de ampere pronto vuelve, todavía le queda mucha tela para cortar.
besos!

Anónimo dijo...

Lei que tus anillos tienen poderes, estaba decidida a buscarte y comprar uno, necesitaba proteger algo muy preciado. Pregunte si los vendias en locales o donde, me indicaron pero no llegue, esa proteccion ya no la necesito.
Parece que me persigue una manada de elefantes para mearme cada proyecto, tus anillos podran contra eso?
Gaby.

Santiago dijo...

Yo conozco a varios nueves que, para ser árboles, solamente les faltan las hojas. Y hasta viven de eso.

Che, me dijo Caro que le mandaste un mail agradeciéndole la reseña. ¿Cómo te enteraste de que la posteé?

Bueno, te digo el "de nada" de rigor y espero que colabores en 150monos. Andamos necesitando objetos maravillosos, pero de los escritos.

Saludos!

Diluvio dijo...

Y el árbol sigue en pie? Se ve que no es de madera y emigró a Europa como tantos otros...

Anónimo dijo...

gaby, qué jodido una manada de elefantes. deben mear litros de pis. los anillos tienen poderes afrodisíacos, pero no hacen milagros. igual yo los usaría, con probar no se pierde nada. suerte en esa jungla-

santiago, gracias otra vez! me enteré porque vivimos en un pueblo chico. cuando tenga algo digno, se los mando, me encantaría partcipar de 150 monos. suerte con eso!

diluvio, a ese potrero le edificaron un barrio encima. del árbol goleador quedan, quizás, las raíces enterradas, soñando goles de su época de gloria.

saludos!

Anónimo dijo...

Parece que escribir literatura en torno al fútbol es irresistible en Argentina.
Me dicen que es rentable... Debe ser por eso...

Anónimo dijo...

Me ha encantado la historia!! k bueno... :)