miércoles, enero 16, 2008

ampere diecisiete

















17

Y escucho miau, miau, miau,
gato del demonio, Pulchino,
vení para acá porque si no vas a ver.
Enseguida corren espantadas
las tropas de plástico en el patio
creyendo oír la voz del Dios de Israel
resucitado paradójicamente
del primero, del Viejo Testamento.
Soldaditos se refugian en los bunkers
excavados debajo de las macetas
cuando sobre la medianera se asoma
finalmente la cara del vecino
expresando preocupación y vejez.
—Señor, ¿lo vio a mi gato Pulchino?
—Por favor —le digo—, venga,
que su gato se metió en mi pieza
y no quiere salir,
capaz a usted le hace caso.
El vecino se disculpa,
dice voy para allá, no se preocupe.
Al rato suena el timbre dos veces;
yo me tomo dos veces el amoxidal
para el hombre intratable del mundo perdido
y voy a la puerta con la pinza rosario escondida
entre los dedos que bajan por el diapasón.
Cuando abro, digo sígame, es por acá.
El vecino se lamenta por el gato
y de paso comenta su teoría
acerca del clima recalentado.
Cuando entra al dormitorio,
mira la pintura de mi madre
y opina positivamente
sobre composición y estética.
Al crítico de arte,
yo le levanto la mano
que empuña la pinza cónica
de acero templado industrial.
Al llegar a la altura de la cara,
nervioso me pregunta ¿le pasa algo?
Miau, miau, miau, miau, miau,
¡Miaaaaaaaauuuuuuuuuuuuu!,
le hago el faro del fin del mundo
hasta el fondo de la bella vista.
Cae lentamente, dios de Israel,
tu barba se moja en el óleo de Jael,
una pelambre espinosa como la zarza
que hablaba con Moisés en el Monte Sinaí,
que ya no encenderá,
que ha mojado su pólvora,
que ya no hablará,
que ha secado su garganta
en al arena pública del desierto.
Cae, desenrolla la tela donde navega
el barco de los marineros que echaron
por la borda a Jonás a la ballena.
Yo te engarzo la vida
en el centro de la geoda
cosiendo con la pinza artesanal
piedras de escayas movedizas
como espermatozoides brillantes
de la violencia social del ser humano,
de la leche,
de la uva,
de la espina.
Cae
lentamente el vecino
acompañado por mi rosca y doble vuelta
hasta que por fin el cuerpo toca la stativa,
el piso final del cansancio;
yo canto el idiota,
ya nada puedo hacer por él,
él se perderá
en la vagina de apertura lenta,
en el pozo sin malacate donde lo reciben
y lo meten en una ambulancia como todos
los que sangran.
Oigan la sirena,
los violines de la orquesta
filarmónica del arroyo Maldonado
despidiendo en las orillas de las aguas residuales
a los muertos que descienden del campo cultural.
Arriba, Ayax viene a curiosear.
Señalándome con la cabeza
me muestra la parte superior
del ropero de los abuelos sicilianos.
Entonces conozco al famoso Pulchino,
y que lo observen los de afuera,
que aunque pensaba quemarlo
cuando lo encontrara, ahora
cambié de opinión debido
a su cara pedante que me causa
tanta simpatía que ya no
me dan ganas de llevar a cabo
las intenciones intrínsecas,
así que le digo Pulchino bajá,
no te vamos a hacer nada,
de ahora en más ésta es tu casa.
Después lo miro de frente a mi perro
para buscar su aprobación y noto que la idea
le gusta, así que a otra cosa mariposa.
Pero la concha de la lora con el cadáver
del vecino interrumpiendo el paso.
Cansado, salgo al patio y voy al cuartito
de las herramientas para buscar el serrucho
y empezar la limpieza y la subdivisión.
Despedazar, despedida, despechugar
mil cuerpitos en la mente del amor.
Ayax, Pulchino y los gorriones acompañan
esta música que calma a las fieras
como la música de Orfeo a los animales
de la selva oscura donde baja la escalera.


********************
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13 comentarios:

Anónimo dijo...

ilustración: Ruth Gwily

paula p dijo...

grOSO.

Anónimo dijo...

;)

morgana dijo...

Querido, juandé.
Sin dudas, has vuelto.
Qué bien lo hacés.
Faltaba que abriera las aguas de los charcos del patio como buen dios de israel.
Bah... en realidad no le falta nada.
Está todo perfecto.
Puede una ser adicta a los amperes? Yo puedo. Te juro por el dios muerto y mutilado que puedo.
Besos a Pulchino y patitas de frutigram. Y más cosas a jael, obviously.

Satamarina dijo...

http://playmobilhipotetico.blogspot.com/2008/01/objetos-maravillosos-o-decorando-un.html

creo que es un halago.

saludos

Anónimo dijo...

gracias morgana, adicta amperítica, el diler te saluda! y tus saludos, estimada cocinera, han sido dados a los personajes tal cual lo pediste.

gracias marinilla. qué grande playmobil, muy buena onda.

Mari Pops dijo...

excelente!!!! me encanto que bien escrito

Anónimo dijo...

gracias mary!, sos un amor

Mari Pops dijo...

no te creas que soy un amor. Sé apreciar y basta

Unknown dijo...

ah, volvió el sr. amperio.

(mmm... me parece que me gusta más cuando se enamora que cuando sacrifica vecinxs)(serán fuerzas parecidas?)

Natalia dijo...

Sencillamente grandioso. Cuando te leo me inunda el mismo placer con el que escribo mis palabras.
Simplemente, hermoso.
Gracias Juan.

Anónimo dijo...

por que cortas en verso estos relatos?

Anónimo dijo...

ampere lo estoy reescribiendo. se me ocurrió hacerlo en verso porque al ser un texto muy denso, así lo veo mejor que en prosa, para trabajarle el ritmo y economizarlo.