Anoche hubo fiesta en el club de blues local
sentados en una mesa con amigos de verdad
estábamos tomando vino fino natural
qué buena estuvo la fiesta en el club de blues local
me acordé que me dijiste que querías regresar
siempre te estaré esperando en el club de blues local.
El Carpo
sentados en una mesa con amigos de verdad
estábamos tomando vino fino natural
qué buena estuvo la fiesta en el club de blues local
me acordé que me dijiste que querías regresar
siempre te estaré esperando en el club de blues local.
El Carpo
Ayer nos reunimos temprano con los pibes del interpretador y por eso llegué a Palermo antes de lo habitual. Fue para bien. Hace tiempo que tengo la teoría de que las mejores horas de venta son la primera y la última. En la primera, las clientas tienen bastante plata en los bolsillos; en la última, la mayoría, que no encontró lo que buscaba en su salida, calma la ansiedad con la autocompra de un souvenir. Si no encontró al amor de su vida, al menos se llevó un anillo con poderes afrodisíacos para su casa.
Como el tiempo me corrió la cortina, a las diez y media de la noche ya no me quedaban candidatas en Palermo.
Los cocodrilos tenían la panza llena y el clima estaba hermoso: la felicidad vestía mi país con los rayos blancos del encaje de una crístina luna reinando en el cielo.
Estaba un poco cansado, pero no daba volver ni loco, así que pensé en irme al Pacha, a ver qué onda.
Centro Cultural Pachamama: para vos son estas líneas de puro agradecimiento. Bajo tu ala se cobijan los hijos sensibles del capitalismo de un circuito cada vez mayor y que congrega, como ayer, poetas jóvenes, artistas plásticos del under, modernos, punks, anarcopunks, hippies urbanos, hippies del bosque y viejos hippies del rock nacional. Ayer nos quedamos hasta las cinco de la mañana, después de mil eventos y choripanes, reunidos en torno al fuego de las guitarras que, verborrágicas, conversaban entre sí hasta la boca de la caja, en un diálogo de arrastres, ligados y riff de Pappo´s blues.
Cuando miraba alrededor, en un momento pude ver, y entonces comprendí que era feliz. Palo santo: me acordé de aquellas zapadas infinitas de Barros Pasos en Celina, o atrás del edificio 1, o al borde de la Richieri, en Celina también, las ceremonias para disolver mi voz, y ahora prácticamente vuelvo así, casi palpitando el espacio tomo, casi palpitando el espacio veo, casi palpitando el espacio tomaré.
Gracias a Simón, el 26 de diciembre presentaremos allí, en la Cueva, en la Perla de Villa Crespo, el libro Objetos Maravillosos junto a mis amigos. Vengan, vengan todos.
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anterior: Rexistencia 42 - Duplicado
Como el tiempo me corrió la cortina, a las diez y media de la noche ya no me quedaban candidatas en Palermo.
Los cocodrilos tenían la panza llena y el clima estaba hermoso: la felicidad vestía mi país con los rayos blancos del encaje de una crístina luna reinando en el cielo.
Estaba un poco cansado, pero no daba volver ni loco, así que pensé en irme al Pacha, a ver qué onda.
Centro Cultural Pachamama: para vos son estas líneas de puro agradecimiento. Bajo tu ala se cobijan los hijos sensibles del capitalismo de un circuito cada vez mayor y que congrega, como ayer, poetas jóvenes, artistas plásticos del under, modernos, punks, anarcopunks, hippies urbanos, hippies del bosque y viejos hippies del rock nacional. Ayer nos quedamos hasta las cinco de la mañana, después de mil eventos y choripanes, reunidos en torno al fuego de las guitarras que, verborrágicas, conversaban entre sí hasta la boca de la caja, en un diálogo de arrastres, ligados y riff de Pappo´s blues.
Cuando miraba alrededor, en un momento pude ver, y entonces comprendí que era feliz. Palo santo: me acordé de aquellas zapadas infinitas de Barros Pasos en Celina, o atrás del edificio 1, o al borde de la Richieri, en Celina también, las ceremonias para disolver mi voz, y ahora prácticamente vuelvo así, casi palpitando el espacio tomo, casi palpitando el espacio veo, casi palpitando el espacio tomaré.
Gracias a Simón, el 26 de diciembre presentaremos allí, en la Cueva, en la Perla de Villa Crespo, el libro Objetos Maravillosos junto a mis amigos. Vengan, vengan todos.
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7 comentarios:
larga vida al pacha
Ah.. el 26! Se puede ir?
Ojalá pueda.
-Anda pesando
mis sueños sin destino, mi barba envuelta dice:
larga vida al pacha!
-sí, morgana!, es abierto a todos, ojalá que vengas.
salu!
a SU salu!
te olvidaste de las zapadas arriba del tanque.
el 26, ok, lo agendo y hago malabares para estar ahí.
hola lale, amiguita de mi barrio!
las zapadas arriba del tanque, ni hablar!, esas fueron el cenit -literalmente- de las zapadas argentinas. qué locos que estábamos, en esas tejas altísimas; nos podríamos haber matado en el oscuro vacio, cantando las 18 ruedas de juan, o el fantasma de canterville.
besoss
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