"Es de noche y es diciembre del año 2001. Vuelvo a Villa Celina cantando La bestia pop entre hombres gatos que se asoman de los árboles, bajo del 86 en Puente 7 y camino por Olavarría hacia la casa de mis padres con la cabeza en el pecho, el pecho en el estómago, el estómago en la vejiga. De la caja de un camión ruedan frutas del Mercado Central. Las manzanas tienen gusto a duraznos, los duraznos gusto a peras, las peras gusto a mandarinas. A brillar mi amor, el barrio sale de las venas mientras me corto las venas, mientras afina las cuerdas la loca, la maldita que brilla por más que la vistan de luto celeste y blanco, la diosa base que idolatran los adolescentes que paran en todas las esquinas, esos chicos que son como bombas pequeñitas. Vuelvo, piedra tras piedra noxa, paso tras paso noxalis, reflejo deforme del trabajador, contrario del civil, movido por instinto criminal, pinchando venas burguesas, con efecto sorpresa, en contrabando, detrás de la opinión pública y ajeno a los medios de comunicación, con discurso antipastor, camino y corro, bichito camino que parezco volar, camino sobre las corrientes ascendentes, a paso de aeroplano, levantado de la vida en bruto, con las alas desplegadas tapando la luna y la reserva de oro, por nublar el Conurbano, por oscurecer el Municipio, la Escuela 137 y la Parroquia Sagrado Corazón. Contra el ciudadano, contra el maestro, contra el artista. Levantado de la primera juventud, recogido de la tierna edad de La Matanza, el bichito come al tornero por qué y para qué, cómo y cuándo y en el doble discurso, horadando el techo por la gotera del desocupado, la mancha voraz que corrompe edificios y monoblocks al recordar los hambres de otras épocas, las memorias que no han sido procesadas, latentes entre líneas, entre pedagogías, entre catecismos. Es de noche y vuelvo a Villa Celina, a comer con los perros de la calle los huesos que quedaron del asado."
Tomacorriente, "Ampere" (Fragmento), 2010.
